NBA

Van Gundy y una historia sobre lo que no había que hacer con Jordan

13:22 21/10/2020 | En la temporada 1996/97, su primera completa como entrenador en jefe, habló de más en una entrevista previa al juego con Chicago. El escolta se lo hizo pagar.

Jeff Van Gundy y Michael Jordan. (Foto: Clutch Points)

Cuando se analiza la carrera y el aura de dominio de Michael Jordan, se habla de una combinación de talento, destreza y deseo de ser el mejor en cada momento. Eso lo ha llevado a enroscarse en discusiones con muchos de sus rivales que decantaron en prácticas históricas del trash-talk. Uno de los que lo sufrió en carne propia fue Jeff Van Gundy, emblemático entrenador de la liga.

El suceso ocurrió en la temporada 1996/97, su primera completa como coach principal de los New York Knicks. Dispuesto a agarrar el fierro caliente que suponía la rivalidad entre esa franquicia y los Chicago Bulls durante la década del noventa, el joven Jeff se encargó de dejar en claro que no quería que sus dirigidos tuvieran nada que ver con MJ: "Su manera es hacerse amigo, suavizarlos, tratar de hacerles sentir que se preocupa por ellos. Luego, sale y trata de destruirlos. El primer paso como jugador es darse cuenta de eso", declaró en una entrevista previa al juego contra los de la Ciudad del Viento. No sabía lo que se venía.

Jordan, como solía suceder, tomó eso como una ofensa y lo utilizó como combustible para competir en ese enfrentamiento. El partido terminó con victoria 88-87 para lo suyos y el legendario escolta finalizó con nada menos que 51 puntos. Tras canasta final, según lo recogido por el diario L.A. Times, miró fijamente a Van Gundy y vociferó: "Supongo que no hice ningún amigo esta noche".

Phil Jackson, director técnico de los Bulls, también se refirió al tema en la conferencia de prensa posterior al triunfo: “Probablemente fue un error táctico del entrenador de los Knicks atacar a Michael en la prensa. Salió y jugó con ganas de venganza, con una cuenta que saldar". Eventualmente, Chicago se alzó con su segundo campeonato consecutivo y el quinto en su historia. Al mismo tiempo, aquel joven pero talentoso entrenador aprendió una lección: contra semejante adversario, el silencio siempre fue la mejor estrategia.

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