Informe especial

2001-2005: el lustro único de Manu Ginóbili

08:34 20/01/2022 | El bahiense tuvo un quinquenio que, probablemente, nadie equipara en el mundo. Repasamos sus logros y los comparamos.

Manu en su lustro único, 2001-2005

Ganar no es para cualquiera. Tampoco es algo que dependa exclusivamente de uno. En básquetbol, al menos, hay un equipo, compañeros, entrenador y, sobre todo, contexto. De todos modos, es inevitable llegar a la conclusión de que hay jugadores ganadores. Donde ellos están, pasan cosas buenas. Normalmente, títulos. Y ese es el caso de Manu Ginóbili.

En realidad, para Manu, el éxito vino de grande. Grande consideramos sus 22 años, cuando empezó a ganar cosas. Era el año 2001, y si antes no había conseguido nada a nivel campeonatos (solo el ascenso en Italia de la A2 a la A1, pero sin salir campeón) de golpe le llegó todo junto, en el más alto nivel mundial, y quedando con un palmarés repentino que prácticamente nadie en el mundo pudo igualar. Increíble. Hagamos el repaso. 

El 28 de abril del 2001, Manu empezaría su nueva historia, consiguiendo con la Kinder Bologna la Coppa Italia. Kinder lo había fichado a comienzos de temporada y, tras el retiro sorpresivo de Predag Danilovic, la estrella del equipo, se le abrió el camino a Manu para tener mayor protagonismo. Y él lo tomó ese camino con determinación. De hecho, en ese primer año fue el máximo anotador de su equipo, y la figura en la triple corona: Coppa, Lega y Euroliga. 

La Euroliga fue su primer gran batacazo, porque fue la única que se definió en una serie al mejor de 5, frente al Baskonia de sus amigos Oberto y Scola. Manu metió 16 puntos, 6 asistencias y 4 rebotes en el decisivo juego 5 en Bologna, para el 82-74 final, y se llevó el MVP de las finales, como después se lo llevaría de la Lega. Pero el 2001 no había terminado. Ganó la Lega, se fue a Argentina, y con Argentina ganó invicto el Premundial de Neuquén, el primer testeo donde la Generación Dorada mostraría lo que sería capaz de hacer. 

Al 2002 le faltó algo de tiza. Ganó la Coppa (quinto título), pero cayó en la final de la Euroliga ante el Panathinaikos (rompiéndola en mil pedazos en la final), y en la final del Mundial de Indianápolis, lesionándose en la semi ante Alemania. La bronca de ese Mundial perdido no opacó otro año monstruoso, donde empezaba su sueño NBA.

Entonces vino el 2003. Primer año en los Spurs y primer anillo. Solo para elegidos. Segundo puesto en el FIBA Américas y clasificación para Atenas 2004, donde vendría su séptimo título, probablemente el más importante de todos. Pero faltaba algo más, y en el 2005 llegó el segundo título de la NBA. De esta manera, obtuvo 8 campeonatos en un período de 4 años y medio, como nadie logró nunca, ni antes ni después, en cuanto a jerarquía de los logros. 

El que más se asemeja es Toni Kukoc, que sumó más títulos, pero en un período más largo, y sin poder conseguir el oro olímpico. Kukoc ganó la Euroliga 3 veces seguidas (1989, 1990, 1991), el Mundial de 1990 en el medio, 4 Ligas de Yugoslavia, 2 Copas de Yugoslavia, 1 Lega y 1 Coppa, entre 1988 y 1993. Más una plata olímpica (1992). Los anillos de la NBA, sin embargo, le llegaron bastante después: 1996, 1997 y 1998, con los Bulls de Jordan. 

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