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La llegada de Manu Ginóbili a la NBA hizo que el argentino dejara atrás un poco su estilo de anotador frenético. Esto siempre fue en pos de ayudar al equipo a conseguir sus objetivos de campeonato, algo que lo caracterizó a lo largo de toda su carrera.

Sin embargo, su juego y su aporte fue en constante cambio dependiendo las necesidades de Gregg Popovich para con él. Así, al inicio, donde consiguió su primer anillo en 2003, supo que con su estilo FIBA no iba a conseguir minutos.

“Fue por necesidad, mi rol en este equipo no iba a ser el de anotador. En mi primer año mi esfuerzo pasaba por hacer otro tipo de cosas, el robo, la falta en ataque, el pase simple, porque quería ganarme minutos” expresó en una entrevista con NBA Latam y Leo Montero.

A partir de allí, su tarea en los Spurs fue ganando en importancia y allí empezó a desplegar todo su juego en su máximo esplendor. “De a poco iban pasando cosas que no eran tan habituales en mi carrera FIBA, donde era más anotador, tirador, creativo. Fue la maduración en los primeros cinco años, donde empecé a ver otras cosas”.

A su vez, hubo un periodo donde su ofensiva brilló y los equipos NBA se enfocaron en él y le permitieron encontrar otros recursos, sobre todo en las asistencias. “Entre 2005 y 2008 vi que las defensas se enfocaban mucho más en mí. Aprovechaba que Pop me ponía un cuatro tirador al lado como Matt Bonner, que lo tenían que defender, entonces encontraba mucho al pivote cayendo, como Fabri (Oberto), Tiago (Splitter), Tim (Duncan), Blair (DeJuan), y aprovechar las esquinas, donde Bruce (Bowen) estaba esperando con el cuchillo y tenedor, y era un formidable tirador ahí”.

El propio Manu reflexionó sobre estos momentos y afirmó que “fue una evolución donde uno quiere ir agregando siempre cosas a su juego”.