Basquetplus.com

New York vuelve a agitar el mapa de la NBA y apunta alto: Dawn Staley, emblema de la NCAA femenina, fue contactada por la franquicia más mediática del mundo. La entrenadora de South Carolina, con tres títulos nacionales y una temporada invicta reciente, aparece en el radar tras el despido de Tom Thibodeau. En una liga que aún no vio a una mujer como head coach, los Knicks podrían hacer historia. Staley, dueña de un récord de 475-110 con las Gamecocks, representa algo más que una apuesta disruptiva: es una ganadora nata.

El contexto no es menor. Los Knicks vienen de quedarse en la puerta tras caer en las Finales del Este ante Indiana y, tras coquetear sin éxito con técnicos como Jason Kidd o Billy Donovan, exploran nuevos caminos. Ya pasaron entrevistas con Mike Brown, Taylor Jenkins y Micah Nori, pero el nombre de Staley sobresale. No sólo por lo simbólico, sino porque construyó una dinastía universitaria sin igual en la última década. En un ecosistema donde las oportunidades para mujeres han sido mínimas, su eventual desembarco sería un quiebre.

La incógnita es si Staley quiere dar el salto. Firmó un nuevo contrato hasta 2030 con South Carolina y reiteró en febrero su compromiso con el desarrollo universitario. Incluso evitó especulaciones con la WNBA, asegurando que su pasión está en formar jugadoras para lo que venga. No hay cláusula de rescisión ni trabas legales, pero sí una vocación profunda por el rol que ocupa. Aun así, la idea de romper ese techo de cristal, ni más ni menos que en el Madison Square Garden sería algo revolucionario.