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La NCAA mueve pasiones, eso está claro y cada año se confirma más esto. Tanto en el básquet masculino como en el femenino, el March Madness es una verdadera locura. Partidos a eliminación simple, playoffs, estadios llenos, pulsaciones a mil, caídas de pesos pesados, figuras inesperadas, todos condimentos que, lejos de pasar de moda, se confirman y se refuerzan año a año.

En 2023 vivimos, hace exactamente un año, un duelo de alto impacto entre Iowa y LSU. En aquella ocasión, LSU le ganó la final de la NCAA a Iowa con mucha autoridad pese a no ser la candidata al título. Su triunfo se cimentó en la gran tarea de Angel Reese, una de las mejores jugadoras del momento. Pero la interna se la picó a Caitlin Clark, la llamada a ser la 1 del draft de la WNBA en 2024, la chicaneó y sus gestos se volvieron viral.

En este 2024, hubo revancha aunque mucho antes, en el Elite Eight. Clark se recuperó de la derrota sufrida el año pasado y con una actuación estelar lideró a Iowa para que consiga la victoria y clasificara a la Final Four. El partido era muy esperado, no defraudó, estuvo a la altura de las circunstancias y el público también.

El partido revancha entre Clark y Reese tuvo un promedio de 12.3 millones de espectadores y tuvo un pico de 16 millones de televidentes. Este registró es histórico e incluso superó a la final del año pasado. El duelo entre Iowa y LSU pasó a ser el encuentro más visto de la historia dejando atrás a la definición de 1983 cuando Cheryl Miller obtuvo su primer campeonato en la NCAA.

Pero no solo eso, este partido se convirtió en el encuentro con mayor cantidad de audiencia de los que transmitió ESPN desde el juego 7 de la final de la Conferencia Este de la NBA del 2018 entre Cleveland Cavaliers, con LeBron James, y Boston Celtics, con Jayson Tatum a la cabeza.