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Fue campeón olímpico, jugó en el equipo de Michael Jordan, los Bobcats, es adorado en España y también consiguió títulos en la Liga Nacional. Su vida fuera de las canchas es enigmática, pero de ella, tranquilamente, se podría hacer una película. Dueño de las mil y una historias, Walter Herrmann pasó por todo y en el camino dejó un sinfín de relatos, cuentos y experiencias que para el resto sonarían a utopías. 

Dentro de esas inconmensurables situaciones siempre se destaca una, para la mayoría desconocida, que fue traída a la superficie gracias a una pregunta dentro de una entrevista que le realizó el portal Málaga Hoy. Allen Iverson es el motivo, la razón y la explicación de lo que pasó y Herrmann normalizó el suceso. 

"Recuerdo jugar contra Yao Ming, era impactante. Shaquille O'Neal, Kobe Bryant, Tim Duncan. Lo malo de esto es que llegás a un punto en que no valoras nada. Lo ves todo tan natural... Mis amigos me iban a visitar y para ellos era impresionante y yo ya lo veía rutinario, normal", empezó Walter, endulzando el ambiente para contar lo que pasaría minutos despues. 

Las leyes de la NBA lo mandaron a Detroit en la temporada 2007/08 y allí coincidiría con el gran escolta de infinitos tatuajes y hechos polémicos: "En el segundo año mío en los Pistons traspasan a (Chancey) Billups y traen a (Allen) Iverson., mis amigos no se lo creían. Al principio impresiona, pero los ves cambiarse a tu lado y son todos iguales, somos jugadores". 

Una quimera, algo impresionante lo del argentino que se mostró en tierras de gigantes y, luego de ese mencionado segundo año, dejó de jugar en Estados Unidos. Los recuerdos, no obstante, se mantienen. 

"Jugar en Los Ángeles y ver a Jack Nicholson allí, saludarlo y hablar con él. O conocer a Muhammad Ali. Pero no había selfies en ese entonces. Imagínate ahora cómo tendría el Instagram", desciende su voz cuando la risa lo invade en la memoria. 

Ignacio Miranda/ [email protected]
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