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Los Knicks han emergido como ganadores claros en el mercado debido a sus acertadas adquisiciones durante la temporada media. La incorporación de Jalen Brunson como un jugador en ascenso ha sido fundamental, pero el equipo no se detuvo ahí. La llegada de OG Anunoby y Precious Achiuwa desde los Raptors antes de la fecha límite de traspasos ha fortalecido aún más su plantilla.

Anunoby, en particular, encaja perfectamente con el estilo de juego de Brunson y Julius Randle, aportando habilidades que complementan sus roles de alto uso en el equipo. Además, las adiciones de Bojan Bogdanović y Alec Burks al final del plazo de traspasos han sido impresionantes. Bogdanović, a pesar de su edad, sigue siendo un tirador letal desde el perímetro, lo que amplía las opciones ofensivas de los Knicks y crea más espacio para las penetraciones de Brunson y Randle.

Aunque no es conocido por su defensa de élite, su tamaño (2.01) y experiencia son activos valiosos en ese aspecto, especialmente bajo la dirección de un entrenador como Tom Thibodeau. Bogdanović promedió 21.1 puntos y 2.7 triples con un 41.3% de acierto desde la línea de tres puntos en su temporada y media con los Pistons.

Por otro lado, Burks aporta una sólida ofensiva y versatilidad como combo guard, lo que le permite reemplazar eficazmente la creación y el tiro exterior que aportaba Immanuel Quickley desde la segunda unidad. En las últimas cinco temporadas, Burks ha promediado 18.8 puntos, 4.1 tiros libres, 3.6 asistencias y 2.9 triples por cada 75 posesiones, con un 40.3% de acierto desde el perímetro.

Con un historial consistente de producción ofensiva y capacidad para anotar desde el perímetro, Burks se convierte en un complemento valioso para el equipo. En resumen, las adquisiciones de los Knicks no solo han mejorado su rendimiento inmediato, sino que también los posicionan como contendientes potenciales para el campeonato, demostrando una gestión efectiva tanto en la cancha como en la oficina del frente.