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El panorama del básquet femenino en la WNBA se ilumina. Cameron Brink, una fuerza imparable en la cancha y una figura emergente que promete dejar una marca indeleble en el deporte. Seleccionada como la segunda elección del draft por Los Angeles Sparks, Brink llega con un impresionante historial que la posiciona como una de las jugadoras más prometedoras de su generación.

Desde sus días en la secundaria, Brink destacó tanto en el vóley como en el baloncesto, acumulando impresionantes logros deportivos. Como estudiante de Southridge High School, lideró a su equipo a tres finales estatales consecutivas, ganando dos campeonatos en 2017 y 2018. Promediando 21.3 puntos y 11.1 rebotes por juego en su tercer año, Brink fue reconocida como la Jugadora del Año de Oregón tanto por Gatorade como por USA Today en 2018 y 2019, respectivamente.

Su éxito en la escuela secundaria no pasó desapercibido, y pronto recibió una oferta de beca para unirse al equipo de baloncesto de la Universidad de Stanford, donde continuó su ascenso meteórico. Durante su primer año en Stanford, el equipo ganó todos los 20 juegos en los que Brink comenzó, llevándolos a obtener el campeonato de la NCAA, donde Brink contribuyó con 10 puntos cruciales en el juego final.

A lo largo de su carrera universitaria, Brink estableció y reestableció récords en Stanford, destacando especialmente en el departamento defensivo con 424 bloqueos, lo que la convierte en la líder histórica del programa en esta categoría. Su dominio en la cancha se refleja en su reconocimiento como la Jugadora Defensiva del Año Naismith en 2024. Además, su reciente contrato de patrocinio con New Balance, siendo la primera jugadora de baloncesto femenino patrocinada por la marca, subraya su influencia creciente en el mundo del deporte.

Cameron Brink no solo destaca por su talento en la cancha, sino también por su conexión con una de las figuras más prominentes del baloncesto masculino: Stephen Curry. Esta relación especial se remonta a la amistad entre las familias Curry y Bain-Brink, que se formó hace décadas cuando Sonya Adams, madre de Curry (madrina de Cameron), y Michele Bain, madre de Brink, se conocieron en Virginia Tech. Esta amistad perdura hasta hoy, y ha influenciado en la relación cercana entre Stephen y Cameron.

El apoyo de Curry hacia Brink va más allá de una conexión familiar; se ha manifestado en el ámbito deportivo. En 2018, Brink participó en el campamento de baloncesto organizado por Curry, donde su habilidad en la cancha llamó la atención del estrella de la NBA. Desde entonces, Curry ha sido un mentor y un apoyo constante en la carrera de Brink, ofreciendo consejos y ánimo en momentos clave de su desarrollo como jugadora.

Además de su éxito en el baloncesto tradicional, Brink también ha incursionado en el baloncesto 3x3, una variante del deporte que ha ganado popularidad en los últimos años. Con la selección estadounidense ganó el Mundial de la modalidad. Su participación en esta disciplina demuestra su versatilidad y su disposición para probar nuevos desafíos. Brink está preparada para dejar una marca indeleble en la WNBA y seguir los pasos de su ilustre familiar en el mundo del baloncesto.