Euroliga

Limoges: el error en la matriz de la Euroliga

17:39 05/09/2020 | Era uno de los conjuntos más humildes de la competencia. Nada importó. Sorprendió a todos y fue campeón. Nunca más un equipo francés lo consiguió.

El Limoges hizo historia (Foto: Euroliga)

ASK Riga, Real Madrid, Jugoplastika, Barcelona, Fenerbahce y CSKA son algunos de los clubes que levantaron el trofeo de la Euroliga. Historia de la más pura que hasta en la actualidad se recuerda como si fuera ayer. Quizás, lo que muchos no sepan es que también hay un equipo francés en ese prestigioso legajo.  

 

Sí, en el medio de todos esos gigantes hay un conjunto galo. Ocurrió en 1993 y la escuadra responde al nombre de Limoges. Dos años antes había terminado el despotismo de la fascinante Jugoplastika de Toni Kukoc, Dino Radja y Dusko Ivanovic, entre otros, y las cosas comenzaban a cambiar. El primero de ellos, por ejemplo, se mudó a la Benetton tras una dinastía de tres títulos seguidos en los Balcanes y, curiosamente, su equipo perdió en la final ante los franceses. 

 

Pero para qué apurarse. Primero hay que analizar y relatar como un conjunto francés llegó a los más alto de Europa. En el inicio el Limoges sorprendió a todos y cerró el Grupo A en la segunda posición, con un récord de siete victorias y cinco derrotas, para colocarse detrás del poderoso PAOK griego.  

 

En los cuartos de final tuvo que enfrentarse a otro equipo helénico: Olympiakos. Todo pareció caerse en el primer partido, en el que perdieron por tan solo tres puntos (70-67). No obstante, supieron levantarse y en los próximos dos encuentros dijeron basta (59-53 y 60-58) y liquidaron la serie para avanzar al Final Four, donde esperaba nada más y nada menos que el Real Madrid.  

 

¿La otra llave? La Benetton de Kukoc y Rusconi contra el PAOK, que tenía la ventaja de jugar en Grecia. Este cruce se jugó primero y fue expectante segundo a segundo, minuto a minuto. Los helénicos arrancaron con todo, demostrando por qué habían terminado punteros en la primera fase, gracias al tridente conformado por Prevelic, Barlow y Levingston. 

 

Los de Treviso, a pesar de los golpes constantes, supieron renacer y, apoyados en RusconiKukoc y Iacopini (55 puntos en total), revirtieron el resultado y lograron el pase a la final de la Euroliga (79-77).  

 

Limoges la tenía más difícil. Enfrente estaba uno de los mejores de la historia, Arvydas Sabonis, y los blancos no querían dejar escapar la chance de pasar a la siguiente instancia. Estaban desesperados. Los franceses aprovecharon eso y se apoyaron en una aguerrida defensa combinada con posesiones muy largas para desgastar a los españoles. Su desempeño fue tal que los madridistas apenas lograron anotar 52 puntos en el juego, a diferencia de los 62 de Limoges, en donde la figura fue Young con 20 puntos y seis rebotes.  

 

Con toda la confianza encima, los de Bozidar Maljkovic, quien con la Jugoplastika ya había sido campeón de la Euroliga en 1989 y 1990, llegaron a la final intentando impactar desde la defensa, pero recibieron un baldazo de agua fría y la Benetton metió un parcial inicial de 19-8, con un Terry Eagle indómito en todos los aspectos, convirtiendo 11 de los primeros 15 puntos de los italianos.  

 

Limoges estaba teniendo un horrible partido ofensivo y los de Treviso no dejaban de anotar. Esto se estiró en el minuto 27, cuando sacaron una máxima de diez (39-29). La situación parecía estar liquidada, pero nadie contaba con la astucia de Jim Bilba, que levantó a los suyos a base de buenas actuaciones para que, con ocho restantes, finalmente den vuelta el juego (43-44). 

 

Lo que ocurrió después fue inverosímil. Kukoc se secó y Bilba y Zdovc no perdonaron, sellando el 59-55 definitivo que desató la locura en territorio griego. Aquel humilde equipo francés le había ganado al próspero conjunto italiano y nadie lo podía creer. Abrazos, llantos y gritos invadieron la escena. Era un descontrol total. Limoges acababa de hacer historia, consagrándose como el primer equipo francés en conseguir la Euroliga.   

 

La matriz, señoras y señores, sufrió un error. Y David, otra vez, le ganó a Goliat. 

 

 

Ignacio Miranda/ [email protected]
En Twitter: @basquetplus
En Twitter: @nachomiranda14

Compartir