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Las diferencias en el juego de la NBA y Europa son sustanciales. La competencia estadounidense tiende a volverse más y más vertical. Los equipos juegan a una velocidad mayor y utilizan más posesiones (en más minutos) en cada partido. Mientras en el viejo continente (España más específicamente), el ritmo suele ser más pausado y se aprovecha de otra manera. El mismo Luis Scola habló de la distancia de segundos entre la NBA y la ACB y como esto condiciona a los jugadores que dan el paso de un lugar al otro. 
 

El escolta-alero oriundo de Córdoba dio un par de saltos interesantes en su carrera. Fue parte del Barcelona, ganó Liga y Copa y se hizo un lugar en el Mejor Quinteto Joven de 2021. Luego dio el salto a NBA. Una temporada en Minnesota y otra por la mitad en Utah. En su tránsito por Estados Unidos jugó 49 partidos oficiales, más otros 18 encuentros de G-League con las filiales de cada franquicia. Bolmaro se empapó y curtió no solo de esos juegos, sino también de los entrenamientos en suelo estadounidense. 
 
Leandro pisó la NBA con los pergaminos de ser un jugador explosivo, pero llegó a una liga más que explosiva. La competencia estadounidense tiene actualmente tiene un promedio de casi 100 posesiones por juego. Una posesión es cuando un equipo tiene el balón en su poder e inicia el ataque. Eso sucede 99.4 veces por juego en la NBA, un número que demuestra el ritmo que tienen los partidos, una velocidad totalmente diferente a la que hay en el básquet FIBA, aun contemplando la extensión de los partidos. 
 
Luis Scola contó que al dar el paso FIBA-NBA y también NBA-FIBA, la diferencia de velocidad se hace sentir y condiciona a los jugadores que deben reacostumbrarse al ritmo. Así lo decía en una entrevista con Drafteados, mientras hablaba de su cambio del Tau Ceramica a Houston Rockets: “Hay un segundo de diferencia atlética a la que uno se debe acostumbrar y con la que después empezás a jugar. Después incluso la sufrís hacía atrás cuando volvés a jugar en FIBA”. 
 
Es el timing, lo que Bolmaro deberá contemplar en su nuevo equipo, para no precipitarse ni cometer constantes perdidas, aún más llegando a Lenovo Tenerife. El equipo canario, fue el más lento en cuanto a ritmo en toda la Liga, jugando un promedio de 71 posesiones por juego. Sin embargo, se tratan de posesiones maximizadas en eficiencia. Por cada 100 posesiones, Tenerife suma al menos 115 puntos, siendo el cuarto mejor equipo en esta estadística en la primera parte de la temporada. El equipo isleño también es superior en sus porcentajes de aciertos totales en tiros de dos, tres y libres, con un porcentaje de 60.5%. 
 

En resumen, Bolmaro llegó a un equipo sólido, cuya principal herramienta es el manejo del tiempo y el aprovechamiento de cada ataque. La misión del cordobés será reintegrarse, acostumbrarse al ritmo de juego, mantener la eficiencia de su nuevo entorno y así también pueda sumar confianza personal.