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La Liga Nacional se puede jactar de tener en su historia a grandes jugadores estadounidenses que fueron destacados en la NBA y también que se consagraron. Este personaje no solo ganó una, sino dos veces el anillo, y no con cualquier franquicia y en cualquier época.

Mark Landsberger fue campeón en la mejor liga del mundo con Los Angeles Lakers y como pieza importante en el equipo que tuvo como gran emblema a Magic Johnson. Y eso no es poca cosa para el interno que le daba minutos de descanso a Kareem Abdul-Jabbar, la otra estrella del Showtime angelino.

Después de haber jugado en las Universidades de Minnesota y de Arizona State, Landsberger fue elegido por Chicago en el puesto 35 de la segunda ronda del Draft 1977. Dos temporadas y medias después de su debut con los Bulls, el interno fue traspasado a los Lakers, justamente en la temporada 1979-80 a cambio de Oliver Mack y dos futuras rondas de draft.

Esa misma temporada terminaría siendo campeón, con Magic Johnson como MVP en su campaña de rookie, en lo que sería su primer título en la liga. También lograría el título en la 1981-82, barriendo a Philadelphia en la definición.

Con siete temporadas en la NBA y la gloria ya ganada, Landsberger pasó por Italia, Grecia, España y llegó a Argentina, para lo que sería su última aventura profesional. Y su arribo fue a Gimnasia de Comodoro Rivadavia, que sería semifinalista en la Liga Nacional, perdiendo frente a GEPU y dirigido por León Najnudel.

Diego Lambrecht, periodista especializado en la historia del Verde, lo caracterizó como “una máquina defensiva que anulaba a los internos rivales, con una terrible capacidad para los rebotes”.

Llegó con 37 años en reemplazo de Steve Wright y jugó 50 partidos, con 13.3 puntos y 10.1 rebotes de promedio, siendo parte clave en un plantel que tenía a Andrew Moten (esa temporada lograría la marca de 63 puntos en un partido, máxima de la Liga Nacional), Edgar Merchant, Sergio Aispurúa y Sebastián Uranga.

El propio Uranga, recordando esa temporada histórica para la prensa de Gimnasia, explicó cómo lo conocieron: “Estábamos comiendo en Mar del Plata y llega Mark. Todos sabíamos de sus antecedentes, los campeonatos de la NBA, que era suplente de Kareem Abdul-Jabbar y todo eso, aunque la verdad que cuando lo vimos entrar a ese grandote, pelado, blanco y ancho no daba la sensación de ser un tipo con muchas condiciones. Si no conocías su historia le decías ‘Ok, ándate’, hasta que abrió la mano y mostró su anillo de campeón de la NBA. Era más grande que la mano ese anillo”.