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Dwyane Wade será inducido en el Hall of Fame este año, pero en su primera temporada universitaria no pudo pisar la cancha con la Universidad de Marquette. Es que, por cuestiones de exámenes y promedios, no podía clasificar en ese año inicial, solo entrenar.

Sin embargo, ya desde ese momento el que luego sería una leyenda en Miami Heat daría que hablar. Tom Crean, entrenador del equipo entre 1999 y 2008, contó que “nunca olvidaré el día que vino y se estaba preparando para comenzar la escuela de verano. Y apareció con un gran bolso Nike gigante y una bolsa de basura llena de todo. No tenía ropa de cama, no tenía toallas. Esa es una imagen en mi mente que nunca olvidaré”.

Scott Merritt, uno de sus compañeros en esas épocas, recordó: “Ese primer verano en el que todos estábamos en el campus jugando informales, y él tenía esta habilidad incluso en ese entonces para rematar a los muchachos. Entonces, si estaba cerca del aro, era una clavada. Y era tan explosivo desde el rebote, uno o dos regates y es una clavada. Sabías que era diferente aunque, no diría crudo, pero era fuerte a pesar de que era más delgado en ese entonces”.

Cordell Henry, quien fue escolta en ese año en Marquette, recordó sus cruces con el jugador nacido y criado en Chicago: “D-Wade se enfrentó a mí. Obviamente escuché sobre él a través del baloncesto de Chicago. Pero yo estaba como, 'Es solo un niño. Es solo un estudiante de primer año'. Así que estamos jugando contra él y yo digo, OK, él es un poco diferente. No es un estudiante de primer año típico o está a punto de ser un estudiante de primer año. Es solo la forma en que compitió. Tenía manos realmente grandes. El alcance de su brazo es realmente de largo. Lo golpearé con un movimiento que generalmente funciona en las personas y pienso, ¡todavía está allí!”.

A partir del hecho de que no pudiera jugar, el cuerpo de entrenadores de Marquette se planteó un plan para desarrollar a la joven perla, como expresó Crean: “Fui a cada práctica con un plan sobre cómo íbamos a mejorarlo junto con todos los demás muchachos que estaban jugando. Y cómo sacaríamos el máximo provecho de él y de él que no solo lo ayudaría a él sino que ayudar a sus compañeros de equipo. No sabía que teníamos lo que teníamos, pero sabía que teníamos un futuro profesional”.

Darrin Horn, asistente de Marquette, completó: “Empezamos a ver algunas cosas pequeñas incluso en ese año. En algún momento, fue como, sí, este tipo va a ser un jugador de la NBA. Sí, este tipo va a ser un muy buen jugador de la NBA. ¿Salón de la fama? No sé si alguien dijo eso. Si lo hicieran, no sé si les creería totalmente. Pero siguió mejorando y mejorando. Incluso en ese año, mostró signos con pequeñas jugadas que haría cuando sería como, eh, eso se veía realmente diferente. Y fue muy divertido”.

Las dos campañas siguientes de Wade en Marquette fueron de un nivel superlativo, con 19.7putos, 6.5 rebotes, 3.9 asistencias, 2.3 robos y 1.2 tapas por juego. Así fue cómo Wade terminó retirándole su camiseta.