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Los hermanos Ball han dado de qué hablar desde antes de sus ingresos a la NBA. Sin embargo, a pesar de ser sumamente talentosos, tanto Lonzo como Lamelo no han podido demostrar todo su potencial por los problemas de lesiones.

Mientras Lonzo, el mayor, va camino a su segunda temporada completa consecutiva sin jugar por problemas en su rodilla izquierda y múltiples operaciones, Lamelo dijo adios a la 2023/24 por su tobillo derecho, que le permitió jugar solamente 22 partidos. Y en la 2022/23 solo jugó 36 juegos por una dolencia en el mismo lugar.

El jugador de Charlotte ha demostrado su potencial en su segunda temporada, justamente donde jugó sin lesiones y sumó 75 partidos, llegando a ser All Star. Y en esta campaña parecía explotar por completo, con 30 puntos, 6 rebotes y 8 asistencias de media en noviembre y un total de 23.9 unidades, 5.1 recobres y 8 pases gol de media en lo que ha podido jugar.

Por su parte, cuando parecía que Lonzo estaba llamado a liderar a Chicago junto a DeMar DeRozan y a Nikola Vucevic, la rodilla izquierda dijo basta en enero del 2014. Desde ahí tuvo tres cirugías y hasta un transplante de cartílago, con un futuro en el aire de su carrera profesional.

Pero no solo eso, sino que por distintas lesiones, el mayor de los hermanos jugó solo 252 partidos de 410 posibles hasta la 2011/22 de los Bulls, un 61.5%. Y el menor no se queda atrás, con 184 jugados sobre un total de 328, un 56.1% de presencias.

Y tanto Charlotte como Chicago tienen a sus contratos que no se amortizan. Lonzo Ball tiene 20.4 millones en esta campaña, donde no va a jugar, y 21.4 millones en la siguiente, que es opción de jugador. Lamelo Ball, por su lado, tendrá 10.9 millones, en lo que es el último año de su contrato rookie, para pasar a ganar 35.2 millones desde la 2024/25.