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La leyenda de Michael Jordan se agigantó, si eso era posible, un 11 de junio de 1997, cuando jugó a pesar de todo y fue clave para los Bulls en las finales ante el Jazz. Su Majestad jugó con fiebre producto de una intoxicación alimentaria y el Flu Game pasó a la historia.

El misterio fueron las razones siempre, desde una noche de fiesta hasta una intoxicación alimentaria que Jordan sufrió por una pizza encargada la noche anterior al juego. “Nos trajeron una pizza a la habitación del hotel, y cinco personas vinieron a entregarla. Nadie más la comió excepto él” contó Tim Grover, entrenador personal.

“Probablemente la cosa más difícil que he hecho. Casi me desmayé solo para ganar un juego de baloncesto” contó MJ. Es que su estado de salud era tan grave que previo al juego estaba con vómitos y en posición fetal con fiebre alta.

A pesar de eso, el 23 no iba a dejar a su equipo y fue a jugar. Después de un primer cuarto de solo 4 puntos y los Bulls abajo por 29-16, la resurrección llegó con 17 puntos para sostener al equipo. Y cuando parecía que Jordan bajaba su nivel, con solo 2 puntos en el tercer capítulo, anotó 15 unidades en el último capítulo y fue clave para el 90-88 definitivo con el que venció Chicago, anotando un triple clave a falta de 25 segundos.