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de los focos de Hollywood o del legado eterno de Boston, la franquicia celeste consiguió lo que otras con décadas de historia aún sueñan: tener tres jugadores distintos galardonados como el Jugador Más Valioso de la NBA. Con el reciente premio a Shai Gilgeous-Alexander, OKC se sube a la mesa grande junto a Lakers, Celtics, Sixers y Rockets como los únicos equipos con semejante distinción. Y lo hizo en tiempo récord.

Shai es distinto. No tiene el porte de Durant ni la fiereza de Westbrook, pero sí una cadencia inigualable. Su estilo es como un poema en movimiento: flota, se escurre, gira, se detiene, acelera. Su MVP, más allá de números —32.7 puntos, 6.4 asistencias, 1.7 robos, 52% en tiros de campo—, habla de control y eficiencia. Fue el más preciso de los tres premiados por OKC. El que menos pérdidas cometió, el que más aprovechó sus minutos, el que lideró a su equipo a 68 triunfos. Todo con una tranquilidad casi canadiense.

Con su consagración, Oklahoma City se une a una mesa selecta donde sólo se sientan cinco franquicias: Philadelphia, con Wilt Chamberlain, Julius Erving, Moses Malone, Allen Iverson y Joel Embiid; los Lakers, con Kareem Abdul-Jabbar, Magic Johnson, Shaquille O’Neal y Kobe Bryant; Boston, con Bob Cousy, Bill Russell, Dave Cowens y Larry Bird; y Houston, gracias a Moses Malone, Hakeem Olajuwon y James Harden. OKC lo logró con menos historia, menos recursos y más visión.

El dato no es menor: tres MVPs diferentes en la tercera franquicia más chica del mapa NBA. Thunder tiene más galardonados que históricos como los Knicks, los Bulls o los Heat. Y más aún: supera la suma combinada de ocho franquicias (Grizzlies, Hornets, Magic, Nets, Pacers, Pelicans, Pistons y Raptors), que todavía no conocen lo que es celebrar un premio de este calibre. Para una ciudad que vivió a la sombra de Seattle, el presente es redención y gloria.

Kevin Durant puso la primera piedra en 2014, Westbrook transformó su rabia en triple-dobles épicos en 2017, y ahora Shai lo corona todo con elegancia y madurez en 2025. Si bien, Durant fue drafteado cuando el equipo aún era Seattle Super Sonics y Shai llegó de una traferencia con los Clippers, Oklahoma City no compró estrellas: las crió.