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Tras la eliminación en semifinales de la Conferencia Oeste, Steve Kerr dijo que los Warriors "alcanzaron su techo" al llegar a la segunda ronda. Pero en realidad su techo se redujo en el momento en que Draymond Green propinó un puñetazo a Jordan Poole. El propio alero de los Warriors lo admitió tras la eliminación.

"No estamos jugando ahora mismo por los deslices que tuvimos como equipo, o no ser capaces de unirnos. Ninguna de esas cosas pasaba si eso (el puñetazo a Poole) no ocurría. Hubo un montón de deslices debido a que me quedé sentado, no dije nada, intenté permitir que la situación se resolviera por sí misma y le di tiempo para sanar", dijo Green en una entrevista con Stephen A. Smith.

La polémica de Green con Poole fue el tema de conversación en la organización de los Warriors durante toda la temporada. Fue lo que causó el drama del vestuario y dividió al equipo, a pesar de que el incidente ocurrió antes de que empezara la temporada. Como líder vocal del equipo, Draymond admitió que el drama entre él y Poole salpicó el rendimiento de los Warriors en la cancha hasta el punto de que les arrebató la posibilidad de remontar a los Lakers.

"En febrero, si los deslices han durado tanto tiempo, eres quien eres. Construiste esos hábitos, así que intentás corregirlos entonces. Puede que mejores un poco; acabamos en la segunda ronda de los playoffs, pero no al nivel de un campeonato", añadió Green. La tensión entre ambos abrumó a Poole, quien víctima de muchas críticas por su bajo nivel, seguro tuvo mucha influencia de ese altercado en la postemporada.