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Durante el transcurso de la semana, la NBA anunció los tres equipos All-NBA de la temporada. En el primero estuvieron Shai Gilgeous-Alexander con Luka Doncic. En el segundo, Steph Curry y Donovan Mitchell; en tercer lugar Damian Lillard y De’Aaron Fox como bases. Una llamativa ausencia, de varias que se pueden nombrar, fue la de Ja Morant.

La ausencia de Morant, que jugó 61 partidos, probablemente fue una consecuencia de sus actos fuera de la cancha con los Grizzlies en los últimos meses. Para calificar a los premios de fin de temporada, la NBA impuso un mínimo de 65 juegos disputados por jugador, y como Ja fue suspendido por varios incidentes sobre armas y violencia hacia un menor, terminó quedando fuera de la nómina.

El prolífico base firmó una extensión máxima de novato con los Grizzlies el verano pasado por un valor de 192 millones de dólares durante cinco años, una cifra que podría haber aumentado a alrededor de 230 millones de dólares si Morant hubiera sido incluido en el equipo All-NBA. Como no quedó seleccionado por los juegos de suspensión otorgados por la NBA, Morant se perdió de casi 40 millones de dólares extras en su contrato. Una cifra difícil de digerir para cualquier atleta.

El desaire llegó como el último contratiempo para Morant, quien transitó un 2023 bastante tumultuoso después de ser suspendido durante ocho partidos totales y de que los Grizzlies no lograran avanzar en los playoffs frente a los Lakers, teniendo ventaja de localía y el segundo mejor récord del Oeste. Sin embargo, Morant tiene los números para respaldar su status de superestrella en ascenso, promediando 26.2 puntos, 5.9 rebotes y 8.1 asistencias en a lo largo de la campaña.