NBA 2019/20

Conocé a Chris Silva, el jugador que llegó desde Gabón a la NBA

18:23 15/01/2020 | A los 16 años, debió tomar cuatro vuelos para llegar a Estados Unidos. "Yo voy a ir a la NBA", le dijo a su entrenador al bajar del avión. Acá, su historia.

Silva es una historia de superación humana (Foto: NBA)

La fecha era 2012 y un chico de apenas 16 años estaba con su valija despidiéndose de su familia para ir en busca de su sueño americano. No hablaba inglés y nunca se había subido a un avión. Sin embargo, Chris Silva estaba seguro de partir y nada ni nadie lo iba a frenar. La hazaña no fue fácil y para llegar a destino debió tomar cuatro vuelos distintos para aterrizar finalmente en el aeropuerto John Fitzgerald Kennedy de New York.

Allí lo estaba esperando Tommy Sacks, el asistente de Roselle Catholic High School, la escuela que lo había reclutado. Tal era la confianza del nacido en Gabón que al subirse al auto le dijo confiado: "Entrenador, yo voy a ir a la NBA". A pesar de que nunca había jugado básquet de forma organizada y de que era un flaco de vasta altura y poco peso, Chris estaba seguro de su objetivo y a lo largo de los próximos años trabajaría como nadie para lograrlo. 

Trabajo duro

Las palabras no quedaron en el viento y minutos después de bajarse del avión, Silva ya estaba practicando en el gimnasio de la escuela con Sacks, quien no lo podía creer. Según este asistente, Chris entrenó diariamente su físico y sus fundamentos, siendo capaz de correr un kilómetro en cinco minutos y de tomar diariamente 1.000 tiros durante los tres años que estuvo con ellos.

Sin saber las reglas del básquet, el gabonés debió pasar por un complicado proceso de adaptación en cuanto a la teoría del deporte. Durante sus primeros partidos, Chris sólo corría a la cancha cuando el entrenador lo llamaba para ponerlo, tampoco entendía cómo lanzar al aro ni qué le decían los árbitros. Pese a ello, Silva fue mejorando día a día a base de esfuerzo, constancia y tenacidad. 

Esto le permitió ir creciendo paulatinamente hasta consolidarse como uno de los internos más dominantes de su época. Además, guió a Roselle al campeonato estatal y logró que muchas universidades comenzaran a fijarse en él. Seton Hall, Rhode Island y South Carolina fueron las que demostraron mayor interés y fue finalmente la última de ellas la que eligió el gabonés. "Me encanta la educación y el apoyo que ofrecen a todos los jugadores", había dicho en esa época a la prensa. 

La universidad como escuela de vida

Su adaptación universitaria tampoco sería fácil y en su primera temporada promediaría apenas 5.4 puntos en 13.3 minutos en cancha. Luego, en su año shopmore, el africano incrementaría sus minutos (20.9) y su media de tantos (10.2), lo que le permitiría ser uno de los hombres de confianza del entrenador. Finalmente, en 2017 sería titular en los 37 encuentros de South Carolina y sería uno de los líderes que llevó a la universidad a participar en el Final Four de la NCAA.

La temporada siguiente, la etiqueta de jugador defensivo empezó a consolidarse y Chris ganó el premio al mejor defensor del año y fue seleccionado para integrar el quinteto defensivo ideal y el primer equipo ideal de su conferencia. Además, promedió 14.3 puntos y 8.0 rebotes, con un 46.7% de media en tiros de campo. 

En busca de la felicidad

Con cuatro temporadas cumplidas en la NCAA, Chris Silva sintió que estaba listo para el Draft de la NBA y decidió presentarse al sorteo. Eso sí, lo haría otra vez a su manera y por esa razón no contrató a ningún representante para que lo ayude en el proceso y él mismo realizó todos los trámites. Desafortunadamente, el gabonés no fue seleccionado por ningún equipo y ni siquiera lo invitaron al Draft Combine, el escenario en donde la liga realiza distintas pruebas a los prospectos, quienes además tienen la chance de mostrar sus habilidades frente a distintos reclutadores de cada uno de los conjuntos de la liga norteamericana.

Lejos de rendirse, Silva continuó trabajando y participó de la Summer League con Miami Heat. En ese torneo Chris fue uno de los más destacados y los de Florida decidieron ficharlo en julio de 2019 junto a Jeremiah Martin, otro de los grandes proyectos salidos del certamen de verano. 

El 19 de octubre de 2019, Miami convirtió su contrato en un acuerdo a dos vías y cuatro días después lo convocó para integrar el primer equipo. Esa misma fecha, el pivote sería llamado por Erik Spoelstra y esta vez no saltaría directamente a la cancha como en sus tiempos de secundaria, sino que esperaría al lado de la mesa de control hasta que haya una pausa. Aquel momento lo fue todo y al pisar el parquet se convirtió en el segundo gabonés de la historia en jugar en la NBA, dejando a su país y a su bandera en lo más alto del continente americano.

Nada es imposible

Unos meses después se reencontraría con su madre, a quien no veía hace tres años, en un video que recorría el mundo y sería una muestra fehaciente del sacrificio que hizo este chico. Un joven que a los 16 se marchó de casa, de su país y de sus comodidades. No le importó nada y quiso ir en busca de la felicidad y de su sueño de llegar a la NBA. Cuando se lo dijo a Tommy en voz alta parecía una locura, pero todos saben que los objetivos suenan ilógicos hasta que se cumplen y que el deseo puede más que cualquier adversidad.

La historia de Chris Silva es un ejemplo de ello, también una prueba de que no existen utopías ni quimeras lo suficientemente inconcencibles. Porque la mente es poderosa y todo lo puede, porque si lo podés imaginar lo podés cumplir. Siempre con esfuerzo y determinación. Siempre con corazón. 

 

Ignacio Miranda/ [email protected]
En Twitter: @basquetplus
En Twitter: @nachomiranda14

 

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