01/12 | Mi club de barrio

Iván Najnudel: “Creo que soy un privilegiado por haber tenido vida de club”

21:02 01/12/2014 | Iván Najnudel, hijo del recordado León, tiene a Náutico Buchardo como su segunda casa desde bien chico. Y mantiene la costumbre de ir todas las semanas.

El apellido Najnudel pesa. Pero Iván, segundo hijo del eterno León, no solo lo lleva bien, sino que le hace honor, siguiendo la pasión de su padre, siendo hoy asistente técnico de Julio Lamas en Obras Sanitarias. Bien cerquita de allí está Náutico Buchardo, un club casi escondido, bien de barrio, que marcó su vida.
 

-¿Qué significa este club? . Fue donde me formé. Mi primer club fue Sport de Cañada de Gómez, pero cuando mis viejos se separaron empecé a venir acá porque jugaba Lucas Gornatti, que era amigo mío de la infancia. Después conocí a mi grupo de amigos, que son Tucho, Ale, Lucas...pasé de lunes a lunes en esta hectárea.

 -¿Edad a la que empezaste a venir? . Y, tendría 6 o 7 años. Empecé a jugar en premini y contunué jugando hasta que terminé infantiles. Y hasta el día de hoy seguí viniendo al club. También fui monitor de Hernán Andreone, el Negro, que fue el mejor jugador del club de básquet, de tenis, bah, de todos los deportes. Y también fui asistente de Pablo Crudelli, de Mauro Pisoni.

 - Este es un club especial, porque tiene fama ganada en el básquet, pero no es muy conocido. . Fue siempre un club de básquet. Cuando decía que jugaba acá, nadie lo conocía, pero mi viejo lo defendía diciendo que acá había jugado un brasileño, Amaury, cuando vivió en Buenos Aires.

-¿Tiene algún palmarés? . Recuerdo algún campeonato que ganó en primera división. No tiene la estructura ni el deseo de competir a otro nivel.

-¿Cómo era el recorrido? . Era entrar martes, jueves y sábado, donde entrenaba con premini y mini. Ibamos a la cancha de básquet, que ahora la cambiaron de lugar. Ahora le están por poner el parquet, lo que nos da mucha felicidad. Antes tenía piso de goma, finito. Es la cancha más chica de todo Capital. Casi no había espacio. Era muy popular la zona 2-3 en defensa, con Juan, que era nuestro entrenador, formador y mi segundo padre. Le gustaba mucho esa zona.

-¿Tu viejo también venía acá? . No, vino a algún partido. Dos si no recuerdo mal. Uno porque jugaba Luis Scola, y el otro porque me vino a buscar a mí.

-¿Cuántos años tiene el club? . Tiene 107 años. Se fundó en 1907. Siempre tuvo 500 o 600 socios, pero con concurrencia estable.

-¿Venías por las tuyas? . Al principio me traía mi mamá, en el 15 o el 29. Desde los 10, 11, venía solo. En colectivo. A la vuelta me esperaban en Barrancas de Belgrano, que en esa época no era tan seguro.

-¿Promedio de horas diarias acá? . Salía del colegio y venía para acá. En la primaria, de 5 a 9 de la noche. Y en la secundaria, a partir de las 2 de la tarde ya estaba en el club y me quedaba hasta que se entrenaba la primera. Me gustaba mucho estar acá. Tirando al aro, o con otro juego, frontón...siempre haciendo algún deporte.

-¿Un momento que recuerdes acá? . Y, una vez, yo era muy chico, jugábamos con Obras en infantiles. Yo era mini. Entramos al último cuarto perdiendo por 23 puntos. Empatamos y lo ganamos en suplementario. Nuestro entrenador, Juan, pegaba unos saltos tremendos. Ganarle a Obras, para Buchardo, era increíble. Y más de esa manera.

- Hay zona de parrillas. No te veo asando. . Es un error. Tengo muchos asados hechos.

-¿Tenés muchas anécdotas de tu vieja viniendo a buscarte porque te pasabas de horario? . No, porque mi vieja me dejaba. En la cancha de básquet al aire libre fue donde más horas jugué.

- Las charlas trascendentales de la vida las tuviste acá. . Sí. En ese sentido, los dos tipos que más me enseñaron fueron el Negro Andreone y Pablo Crudelli, porque mi viejo murió cuando yo tenía 15 años y ellos de alguna manera intentaron ocupar ese lugar. Pablo vive en Italia y lo extraño mucho.

- La vida de club no tiene equivalencia. . No. He pasado momentos muy lindos. Pernoctadas, partidos de básquet, 3x3, asados, fiestas, campamentos a fin de año. Miro para atrás y creo que soy un privilegiado por haber podido tener vida de club.

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