NBA 2019/20

NBA: los cinco campeones más infravalorados de la historia

19:15 28/02/2020 | A lo largo de la historia NBA se consagraron equipos por los que nadie daba un peso. Bullets, Cavaliers y Mavericks, entre otros, los destacados.

Mavericks salió campeón en 2011 (Foto: NBA)

Las dinastías siempre fueron vistas con malos ojos, los mejores jugadores son los más odiados y aquellos que celebran victorias siempre se llevan las mayores críticas. Los fanáticos intentan desacreditarlos, inventan excusas para justificar sus triunfos y todo lo que hacen está mal, es erróneo o inferior a lo que otros lograron en el pasado. 

A menudo se escucha que Golden State Warriors no podría ganar sin Kevin Durant, que Lebron James salió campeón uniéndose a sus amigos y que Phil Jackson cosechó 11 títulos por tener en sus filas a Kobe Bryant, Michael Jordan o Scottie Pippen. Ante cada trofeo hay un deseo ajeno, una voz sin acervo. 

Sin embargo, la historia también tiene espacios para los ocultos, para aquellos por los que nadie daba un centavo y terminaron quedándose con toda la fortuna. Equipos que no estaban en el radar de nadie, haciendo su trabajo y luchando cual David contra Goliat. Franquicias como San Antonio Spurs en 1999, Detroit Pistons en 2004, Dallas Mavericks en 2011 o Golden State Warriors en 2014, tomaron por asalto la liga, desplegando un básquet sencillo, pero eficiente, del que le gustaba a la gente. 

Washington Bullets (1978) 

Poca gente recuerda a los de las balas de esa temporada, quienes hasta el día de hoy se mantienen como el equipo que salió campeón teniendo el peor récord (44-38). La Conferencia Este era realmente mala 

Liderados por Elvin Hayes, Bob Dandrige y Wes Unseld, los de la Capital derrotaron a dos de los mejores equipos como San Antonio Spurs, que en ese entonces estaba en el este, y Philadelphia Sixers para avanzar a las finales. En la última instancia, Washington debió enfrentarse a Seattle SuperSonics, que había mantenido también un bajo récord en la temporada regular (47-35). 

Con séptimo juego incluido, los Bullets se vistieron de héroes, ganaron los dos últimos encuentros y levantaron la copa de campeones a pesar de haber sido subestimados durante todo el periplo, erigiéndose como uno de los triunfadores más insólitos en la historia de la liga y protagonizando un hito que se rememora hasta la actualidad. 

 

 

Houston Rockets (1995) 

Si bien los texanos ganaron unas finales en la temporada 1993/94, en 1995 no eran los mismos y hasta ese momento ningún equipo del cuarto puesto para abajo había conseguido un campeonato. A pesar de haber conseguido al espectacular Clyde Drexler en un traspaso, Houston cerró la regular en la sexta posición ese año con un récord de 47 victorias y 35 derrotas. 

En primera ronda se enfrentaron a Utah Jazz y liquidaron la serie en el quinto partido. Luego llegaron los poderosos de Phoenix Suns, quienes los llevaron hasta el límite y recién en el séptimo partido pudieron salir victoriosos. En las finales de conferencia derrotaron a un todavía imberbe San Antonio Spurs. 

Posteriormente, con la confianza por los cielos tras haber derrotado a los principales candidatos, llegó la hora de Orlando Magic. Los de la Florida tenían en sus filas a un joven Shaquille O´Neal y la experiencia les jugó una mala pasada, evitándoles ganar siquiera un partido y permitiendo a Houston barrer la serie para coronarse campeón luego de un largo y sufrido recorrido. 

Detroit Pistons (2004) 

Sin tener estrellas o jugadores franquicias, aplicando la defensa de presión como bandera y manteniendo la línea con grandes competidores como Chauncey Billups, Richard Hamilton, Tayshaun Prince, Rasheed Wallace y Ben Wallace, Detroit clasificó a la postemporada en el tercer puesto (54-28). 

Gradualmente fueron derrotando a sus rivales a base de energía, primero Milwaukee Bucks, después New Jersey Nets y finalmente Indiana Pacers. Como último desafío debieron batallar ante los poderos Lakers de Shaquille O´Neal, Kobe Bryant, Karl Malone y Gary Payton. Con Malone lesionado y Payton rindiendo muy por debajo de lo habitual, sólo Bryant y O´Neal pudieron hacerles frente a unos Pistons con hambre de gloria. Apoyándose en su falange defensiva, Detroit doblegó a los californianos en cinco partidos y se convirtió en uno de los equipos más sorprendentes de la historia. 

 

 

Dallas Mavericks (2011) 

En la temporada 2010/11 Miami Heat dio la sorpresa y conformó uno de los tríos más poderosos de la historia al fichar a Chris Bosh y Lebron James, dos de los mejores jugadores de la época. Tras empezar el año de manera irregular (9-8), los de Erik Spoelstra finalizaron la regular con un sólido récord (58-24). 

En la postemporada los de South Beach derrotaron sin pena ni gloria a Philadelphia Sixers, Boston Celtics y Chicago Bulls, llegando a las finales como los principales favoritos. Dallas Mavericks, por su parte, había tenido el camino más difícil y tuvo que dejar de lado a Portland Trail Blazers Los Angeles Lakers y Oklahoma City Thunder. 

Durante los tres primeros encuentros Miami dominó la situación y se colocó 2-1 al frente. Cuando todo parecía a favor de James y sus secuaces, Dallas se apoyó en un sublime Dirk Nowitzki, que promedió 23.7 puntos y 9.3 rebotes, para ganar los tres últimos partidos y coronarse como campeones, en una temporada en la que el alemán se ganó el respeto de todos y modificó la forma en la que algunos jugadores visualizaban la NBA. 

 

 

Cleveland Cavaliers (2016) 

Poco a poco, el odio que los fanáticos sentían por Lebron James, a causa de su ida a Miami, se fue diluyendo. Esto se deterioró aún más cuando volvió al equipo que lo vio nacer, en la ciudad que lo parió. Al lado de Kyrie Irving y Kevin Love, el número 23 lideró a unos Cleveland Cavaliers que consiguieron el mejor récord del Este en la temporada (57-25). 

En playoffs pasaron la escoba a Detroit Pistons y Atlanta Hawks en las primeras dos rondas y vencieron a Toronto Raptors en seis partidos en última instancia. Todos se preguntarán qué los hacían un equipo subestimado y amado cuando eran los líderes de su conferencia. La respuesta era Golden State Warriors, el conjunto que había conseguido la mayor cantidad de victorias (73) en una temporada. 

La supremacía de los californianos fue tal que en los primeros cuatro partidos de las finales estuvieron sensacionales, permitiéndole a su rival llevarse apenas una victoria. Sin embargo, Cleveland derribó todas las barreras y batalló al unísono de LeBron James, quien promedió 36.3 puntos, 11.7 rebotes y 9.7 asistencias. Además, Kyrie Irving fue la cereza del postre, el monaguillo perfecto que convirtió el triple que terminó con las esperanzas de Golden State y le dio el triunfo, y el campeonato a los de Ohio. 

 

Ignacio Miranda/ [email protected]
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