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Ricky Rubio reapareció públicamente tras haberse alejado del baloncesto profesional el año pasado, luego de un breve paso por el Barcelona tras su regreso desde la NBA. A sus 34 años, el base catalán fue invitado al programa Lo de Évole, donde habló abiertamente sobre su salud mental y el impacto que tuvo la presión deportiva en su vida. Aunque el episodio completo aún no se emitió, algunos fragmentos difundidos revelaron testimonios conmovedores del jugador.

En uno de los momentos más fuertes, Rubio confesó haber atravesado una crisis profunda: "Una noche estaba en la habitación del hotel y simplemente dije que no quería continuar. Mi vida, no mi carrera", señaló con crudeza. Además, reflexionó sobre cómo la presión y las expectativas lo afectaron emocionalmente: "Cuando reflexiono sobre mi carrera, nunca me siento satisfecho, porque nunca fue suficiente. No me emocionaba recibir un premio; me decía a mí mismo que era un impostor, que no lo merecía".

Rubio también aprovechó para poner el foco en el bienestar de los jóvenes deportistas, y cuestionó la carga que se les impone a figuras emergentes como Lamine Yamal, del FC Barcelona. "Se le da responsabilidad a un niño que quizás aún no esté listo. Parece que el simple hecho de jugar bien al fútbol significa que tiene que saber cómo lidiar con todo. ¿Está preparado para eso? ¿Está entrenando para eso?", se preguntó, planteando la necesidad de mayor acompañamiento emocional en el deporte de alto rendimiento.