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A lo largo de las 76 temporadas de la NBA pasaron un sinfín de jugadores y muchos de ellos tienen grandes historias. De algunos poco se sabe. Uno de esos casos es el de Kevin Joseph Aloysius Connors, nacido en Brooklyn, Nueva York, a principios de la década del 20. 

Tuvo grandes condiciones atléticas y eso le facilitó conseguir una beca en Adelphi Academy, primero, y luego en la Universidad de Seton Hall. Pero luego de dos años abandonó la universidad, se alistó en el ejército estadounidense y partió hacia la guerra.

Sin abandonar el ejército, Chuck se convirtió en jugador de básquet y se sumó a Boston Celtics en la emergente liga BAA. Fueron dos años los que Connors jugó para la histórica franquicia, las temporadas de 1946/47 y 47/48. Terminó disputando 53 encuentros y no tuvo un desempeño destacada, era un jugador del montón y apenas promedió 4.5 puntos y 0.8 asistencias.

Repentinamente abandonó el básquet y se cambió de deporte. Se convirtió en jugador de Brooklyn Dodgers de la Major League de Baseball de Estados Unidos. Luego pasó a Chicago Cubs antes de retirarse de la práctica del deporte y transformarse en actor.

Como jugaba cerca de Hollywood, un director lo descubrió por casualidad y en 1952 comenzó su carrera actoral. Hizo varios papeles secundarios y trabajos menores hasta que en 1958 saltó a la fama: fue el protagonista de “The Rifleman”. Una serie western que marcó una era, fueron cuatro temporadas y saltó a la fama definitivamente, la cual no pudo conseguir ni como jugador de básquet ni de beisbol.