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Dennis Rodman, en el apogeo de su popularidad y la de los Bulls, comenzó a incursionar en la lucha libre profesional con el principal rival de la WWE, la WCW. Ambas eran organizaciones que, parecido a lo que es la UFC, hacían peleas que eran de mentira, pero siempre dieron un espectáculo en los Estados Unidos. La personalidad y el carácter de Rodman encajaba perfectamente con los "villanos" del programa, llamados nWo o New World Order.

Aproximadamente un año después del tiempo de Rodman con la WCW, el luchador Diamond Dallas Page tuvo la idea de traer a otro jugador destacado de la NBA, Karl Malone. Malone no solo creció queriendo ser luchador según dijo, sino que posiblemente fue el mayor rival de Rodman dentro de la liga por sus encuentros ya comunes.

Tomó un poco de convencimiento, pero después de ver a Malone dominar a los Lakers en las Finales de la Conferencia Oeste, los jefes de la WCW estaban dispuestos a lograr un encuentro de lucha libre entre ambos jugadores. Y así se estableció la pelea: Dennis Rodman y Hulk Hogan contra Karl Malone y Diamond Dallas Page en 1998.

Su lucha se estableció para un mes después de las Finales de la NBA, donde Rodman y Malone iban a disputarse el título por segundo año consecutivo. El hombre a cargo de WCW, Eric Bischoff, le dijo a Rodman a través de su manager que "elevara la tensión" entre él y Malone, siempre y cuando no interfiriera con el juego dentro de la cancha para crear el ambiente. Esto probablemente llevó a que Rodman fuera multado por hacer tropezar a Malone en el Juego 6. 

La lucha en sí fue un gran éxito para todos los involucrados. El PPV tuvo 580 mil compras, la segunda mayor cantidad en la historia de la franquicia, mientras que Rodman y Malone se llevaron a casa 1.5 millones cada uno, respectivamente.

Si bien Rodman y Hogan ganaron la pelea, Karl Malone fue el mayor ganador de la noche. No solo pudo vivir el sueño de su infancia, sino que fue sorprendentemente bueno en eso, algo que el mismo jefe de la WCW reconoció.