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El primer juego fue un partidazo con todas las letras. En su desarrollo no fue muy cambiante y tuvo a un Oklahoma City dominando casi de punta a punta. De hecho, Indiana solo estuvo al frente en el tanteador durante 0.3 segundos, pero eso le alcanzó para quedarse con el primer juego. Fue la cuarta vez que los Pacers meten un tiro ganador en las últimas milésimas, y otra vez fue Tyrese Haliburton el gran salvador del equipo de Rick Carlisle, que volvió a remontar un partido increíble de 15 puntos en unas finales, tal como hizo en 2011 con Dallas.

El conjunto de Mark Daigneault tiene un punto clave que deberá pulir al máximo si quiere asegurarse el segundo juego, y es el siguiente: Caruso, Dort, Williams y compañía van a tratar de repetir el buen trabajo defensivo que hicieron durante casi todo el desarrollo del juego 1. Le generaron un total de 24 pérdidas a su rival, que parecía no hacer pie en ataque, con un Turner que estuvo incómodo y un Nesmith que tampoco pudo mostrar mucha seguridad con la pelota en las manos. El gran problema es que no lastimaban de contra, metiendo solo 11 puntos tras recuperar la bola.

La lucha en los tableros también es una que terminó perdiendo OKC. Terminó ganando 56 a 39 en rebotes el elenco de azul y amarillo. De hecho, una de las jugadas clave del partido —esa que deja a Indiana a un punto sobre el cierre— viene a partir de un rebote ofensivo que capturó Siakam, luego de un mal tiro de Nembhard.

Los Pacers necesitan a un Tyrese Haliburton más determinante. No se le pide que haga 30 puntos por partido, ni mucho menos, sino que esté más involucrado en el juego de su equipo. En el primer partido repartió 6 asistencias, bastante por debajo de lo que nos tiene acostumbrados, y no generó mucho más que algunos triples en el primer cuarto, un buen pasar en el segundo tiempo y, bueno, la daga del cierre. Luego aparecieron jugadores clave como Obi Toppin, que fue determinante nuevamente desde el triple, y Pascal Siakam, que fue nuevamente el mayor goleador del equipo. Poquito de Mathurin y poquito de Bryant. Nesmith trabajó bien en los rebotes y metió una “pizza” terrible que le dio vida a Indiana en un momento complicado.

Oklahoma City necesitará un mayor aporte de Jalen Williams, que cuando anda fino de puntería puede ser determinante y aparecer como una clara segunda espada de Shai. El tema es que el jueves no le entró tanto la pelota, no entendió que por ahí no era su día y terminó pecando de egoísta en algunas acciones. Hartenstein entró muy bien, como motivado por el hecho de salir desde el banco. Dort jugó un partidazo y tiene que mantener ese nivel para darle más chances a su equipo.

Se viene el juego 2, hoy, desde las 21 horas, en el Paycom Center de Oklahoma. Se espera otra cancha repleta de hinchas del Thunder. En el primer juego se podía contar con los dedos la cantidad de fanaticada de los Pacers que pudo entrar. OKC va por empatar todo y cambiarle la cara a la serie. Los Pacers quieren mantener la tónica que vienen sosteniendo en estos playoffs: si ganan el segundo, ganan el primero. De pasar eso, la cosa se va a poner áspera para los de azul y naranja, ya que muy poquitos equipos remontaron un 2 a 0 en las finales de la NBA.