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La NBA está repleta de historias y muchas de ellas merecen ser contadas. Hay hechos que realmente fueron inverosímiles y que serán recordados por siempre. Los casos policiales son una constante en los jugadores de la liga estadounidense ya que muchos provienen de los barrios bajos o mejor dicho con escasa educación y suelen tener problemas a la larga fuera de la cancha.

Uno de los casos más increíbles de la NBA sucedió en 2017, en marzo, cuando Kentavious Caldwell-Pope jugaba para los Pistons y lo detuvieron en Michigan por conducir bajo sospecha de estar bajo influencias tóxicas y acelerando a casi una velocidad de 70 km/h en una zona donde solo estaba permitido hacerlo hasta 25. Fue declarado culpable y le dieron 12 meses de prisión en suspenso, además de obligarlo a cumplir con una probation, la cual no llevó a cabo y en tanto fue condenado a 25 días de cárcel.

Previo a comenzar la temporada 2017/18, los Lakers ficharon a Caldwell-Pope, pero como el jugador no había cumplido con la orden de detención y drogas en la corte de Michigan, para salir a Los Ángeles pidió hacer cumplir su sentencia en California, en una prisión adecuada para delincuentes de alto poder adquisitivo.

Caldwell-Pope hizo efectiva su condena en el centro de detención de Seal Beach, bajo un programa de liberación laboral que le permitía salir a trabajar con la tobillera electrónica y volver a prisión. ¿Cuál era su trabajo? Ir a entrenar y jugar con los Lakers un partido de la NBA, ni más ni menos.

Kentavious cumplió la condena entre diciembre del 2017 y enero del 2018, jugando solo de local y utilizando la tobillera electrónica. Por suerte quedó solo en una anécdota con suerte para el jugador, puesto que su rendimiento en la cancha fue bueno (promedió 13.4 puntos, 5.2 rebotes y 2.2 asistencias) y por ende Magic Johnson como GM siguió confiando en él para las próximas temporadas y de hecho lo renovó con una extensión de contrato de 12 millones para la campaña siguiente y 16 millones en el verano previo a ser campeones en la burbuja de Orlando.