Los primos Alexander: la guerra familiar que parte el Oeste
11:35 23/05/2025 | Shai y Nickeil se están enfrentando con OKC y Minnesota, mientras dividen a sus padres con la disputa de un premio más serio que las partidas que jugaban de chicos.
En la final del Oeste, el duelo no solo es entre Oklahoma City y Minnesota: también es una batalla íntima, casi fraternal, entre dos primos que crecieron como hermanos en las afueras de Toronto. Shai Gilgeous-Alexander, flamante MVP de la NBA, lidera al Thunder con su talento desbordante. Del otro lado, Nickeil Alexander-Walker pelea por un lugar en la historia con los Timberwolves, consolidado como un firme defensor perimetral. En cada posesión entre ellos no solo se juegan un punto, se reviven años de picados, risas, competencias y sueños compartidos.
Durante el juego 1, Shai intentó desbordar a Nickeil en el tercer cuarto. Terminó en el piso tras un contacto y el árbitro pitó falta. Nickeil, incrédulo, pidió la revisión y ganó el challenge. Sus padres —Nicole, madre de Nickeil, y Vaughn, padre de Shai— vieron desde la grada ese instante que alguna vez imaginaron en una canchita mucho menor. Crecieron jugando juntos, comiendo juntos, discutiendo quién era mejor. Tenían apenas meses de diferencia de edad, y más allá del lazo sanguíneo, fueron hermanos de la vida. Dormían en la casa del otro, se pasaban los controles de la consola, y cuando uno ganaba, el otro quería revancha. “Si uno le ganaba al otro, había bronca. Y si perdía, también”, recuerda Vaughn entre risas.
Sus caminos a la liga fueron distintos. Shai explotó en Kentucky y fue elegido en el puesto 11 del Draft 2018, rápidamente convertido en la cara de la reconstrucción de OKC. Nickeil, salido de Virginia Tech, fue el pick 17 un año después, pero tardó en encontrar su lugar. Pasó por New Orleans y Utah, sin continuidad ni confianza. Estuvo cerca del abismo, hasta que en Minnesota se reinventó como un valioso “three-and-D” que ahora busca su primer gran contrato. “Podría haber sido el final, pero encontró su lugar y luchó”, explicó su madre.
Ahora, ambos tienen hijos, una carrera estable y una madurez que no borra el fuego interno. Siguen en contacto diario por mensajes o videollamadas, aunque Nicole ya avisó: “Después del domingo, le mandé un mensaje a Vaughn y le dije ‘Ahora es guerra’”. Una guerra con abrazos antes y después del partido, pero con dientes apretados durante los 48 minutos. Nickeil lo resumió con claridad: “Ahora solo me importa que los Wolves ganen cuatro”. Y Shai, fiel a su estilo competitivo, fue aún más tajante: “Estoy tratando de sacarle la cabeza”. Por ahora, quien se queda con el premio de la final se lo lleva el MVP con la serie 2-0 arriba
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