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El básquet está lleno de historias para contar y no solo pasa en Estados Unidos o fuera de los límites de Argentina, sino que también puertas adentro. Esta que le vamos a contar hoy pasó en Córdoba capital, pero su protagonista es oriundo de Bell Ville, un pueblo del interior cordobés.

Nazareno Carrasco Pérez es un joven de 22 años que nació en Bell Ville pero está arbitrando en la Asociación Cordobesa. No parece nada raro, pero Naza a lo largo de su carrera debió sortear varios problemas.

"Nací dormido, a mí cabeza no llegaba el oxígeno. Desde ese momento hicieron lo posible para salvarme”, comenzó contando el propio Nazareno. Luego agregó: "Me pudieron salvar, cuando doy mí primer paso para caminar detectan un problema y desde hicieron estudios para ver qué tenía”. Posteriormente dio detalles sobre su enfermedad: “Tengo parálisis cerebral leve, me afecta a la parte motora. A mí madre le colocan un medicamento que no correspondía y le hizo alergia. Es ahí cuando se complica toda la situación”.

La vida de Nazareno fue dura, sus padres, antes de separarse, pelearon juntos para poder darle a su hijo lo mejor posible, para que no le faltara nada y lo lograron. Pero al joven algunas puertas se le cerraron, le costó insertarse en el básquet cuando acompañaba a su padre Walter Carrasco, quien era entrenador. Pero por sus problemas las puertas se le cerraron.

Naza siguió peleando y luchando, pero la vida le tenía preparada otra prueba para ver de qué estaba hecho. Durante la pandemia falleció su novia, Daiana Campos, de 19 años, víctima de COVID. "Fue una chica muy importante para mi vida. Me puse mal, no sabía para dónde disparar. Tenía una dificultad más agravada que la mía, se manejaba en silla de ruedas y era una chica muy buena. La voy a extrañar toda mi vida, aunque si bien no la tengo físicamente, vive en mi corazón”, resaltó Nazareno.

Naza rescata lo que le dio el básquet, cómo pudo convertirse en árbitro para poder canalizar su pasión, la cual pudo sentir cuando acompaña a su padre al club. Por último, Carrasco reconoce: "Mi aspiración es trabajar en algún club para chicos con discapacidad en básquet adaptado. Me gustaría contar con un espacio en Bell Ville o donde sea. Quiero enseñar, quiero dejarles a los chicos un mensaje distinto a los que existen, donde le imponen la meta de ganar en vez de la de disfrutar el deporte”. Además de destacar que su deseo es llegar a la Liga Nacional, su mayor anhelo es que no se discrimine y/o se juzgue a una persona por tener una discapacidad.