TNA 2014/15

"El arribo de Anzorena al TNA profesionalizó los jugadores"

20:13 22/05/2015 | Sebastián Figueredo, entrenador de Anzorena, realizó un balance de la temporada de uno de los debutantes en el TNA. El análisis y el impacto del equipo.

El entrenador de Anzorena analizó la temporada que tuvieron los mendocinos. (Foto: Los Andes).

Después de ya conocer los dos ascendidos a la Liga Nacional 2015/16, el TNA actualmente atraviesa las finales del campeonato entre Instituto y 9 de Julio. Muchos equipos han quedado en el camino, las temporadas se han ido cerrando poco a poco y es momento para los análisis de cada conjunto. En ese contexto, este innovador torneo en la segunda categoría del básquet nacional tuvo varios equipos incursionando en dicho nivel, y uno de ellos es el que presentó Anzorena de Mendoza.

 

La provincia cuyana volvió a tener un representante en el TNA después de 18 años. Pegando un salto de nivel después de haber jugado en el Torneo Federal durante los últimas campañas, el cuadro mendocino atravesó una experiencia nueva y a pesar de que los resultados deportivos no han acompañado mucho (récord 4-30) la temporada ha sido fructífera desde el aprendizaje y la expansión de lo que es una experiencia enriquecedora de cara a futuro.

 

A últimas horas del pasado jueves, Básquet Plus se comunicó con Sebastián Figueredo, entrenador de Anzorena, para hacer un repaso y un balance sobre el saldo que arrojó esta 2014/15, no solo en cuanto a lo deportivo sino también en el día a día de un equipo al que le costó mucho ganar pero que siempre se preparó al máximo para cada compromiso. Hábitos, enseñanzas, su año de trabajo y el futuro del entrenador, quien también dio su óptica sobre el impacto que generó el equipo mendocino en toda la provincia al llegar al TNA.

 

- Seguramente no es la hora ideal para interrumpirte en tus quehaceres o compartiendo tiempo con tu familia, ¿Sos de acostarte temprano o trasnochas?

. Depende, cuando estoy en temporada soy de acostarme tarde. Por ejemplo, el día previo al partido me acuesto temprano y descanso bien. No tengo drama de conciliar el sueño, me lo tomo con bastante calma a eso, pero obviamente que sí le meto mucho huevo al laburo durante toda la semana. Ahí en el laburo sí, soy obsesivo, pero cuando llega la hora del partido o el día anterior bajo un poquito de revoluciones porque puede que el nivel de ansiedad de los jugadores sea muy alto y cuando uno está nervioso o ansioso eso se puede trasladar a todo el equipo. Por eso trato de darle un equilibrio.

 

- Supongo que el estar tranquilo quizás se incline por aquel que siente que lo trabajó todo en la previa, como que pudiste hacer todos los reparos que creíste posible y después ya entran a jugar otros factores propios del partido o el planteo rival.

. Sí, creo que hay momentos donde las cartas están echadas, llega una situación donde ya tenés el juego encima y no te queda nada más por hacer que plasmar tu idea. Solo queda esperar al juego para ver si recurrís a un recurso o recurrís a la improvisación porque el otro entrenador te planteó otra estrategia diferente y te hace cambiar sobre la marcha.

 

- ¿Y en el post partido?

. Al principio, cuando comencé con esto hace 10 años atrás, me pasaba de rosca mal, quizás eran las 6 de la mañana estaba despierto. Hoy, gracias a mi esposa, termino de jugar y mi cable a tierra es mi familia, ir a cenar con ellos, con mis amigos de acá de Mendoza, distenderme un rato y pasarla bien con ellos para después volver a dormir. Al otro día sí, siempre me levanto temprano y empiezo a ver el partido más tranquilo, con las revoluciones bajas. Creo que es el momento donde uno puede analizar un poco mejor.

 

- Seguro que cuando estás de gira es distinto. ¿Estando afuera se te complica?

. Sí, quizás afuera es un poco más complicado porque estás mucho más pendiente de eso. Antes me pasaba que volvía a ver el partido apenas terminaba, ahora lo veo al otro día más tranquilo y trato de descansar porque uno durante el juego lo vive con mucho estrés. Los partidos causan un desgaste impresionante, termino los juegos molidos, así que por eso busco descansar bien para poder analizar el juego al otro día el juego que sigue.

 

- De todas formas, en el plano general, los nervios de un partido o en el medio del mismo es algo que no podés evitar y que resume también un poco la pasión/dedicación de los entrenadores.

. Tal cual, sí. A diferencia del jugador, el entrenador tiene algo muy difícil de recuperar que es la parte psicológica-intelectual, todo lo que tiene que ver con el cerebro cuesta mucho más recuperar que lo corporal. Vos sabes que a nivel corporal haciendo alguna terapia y con el descanso recuperás el organismo, pero psicológicamente tenés que buscar tus propias herramientas y estrategias para salirte de esa euforia del juego para así descansar. Y además, después de bajar esas revoluciones tenés que volver a juntarlas para encarar el partido siguiente.

 

- Paso a preguntarte por esta reciente temporada con Anzorena. Supongo que tuviste tiempo para realizar un balance, ¿Qué visión te dejó?

. El comienzo de la temporada fue con mucha expectativa, con mucho entusiasmo por parte del club, los jugadores y toda la provincia, pensá que después de 18 años volver a tener un equipo en el TNA causó un impacto fuerte. A la vez, inconscientemente y después haciéndose de forma consciente, sabíamos que estábamos en un nivel de inferioridad a la hora de competir, con jugadores con poca experiencia y un cuerpo técnico que también tuvo sus primeros pasos, exceptuando mi caso que era el único que conocía la categoría pero como asistente y no como entrenador, que no es lo mismo. Con el paso de los partidos nos fuimos dando cuenta de que la regla en el TNA es tratar de ser competitivos, de luchar cada partido para ganar como en cualquier competencia pero el objetivo nuestro estaba en prepararnos para ser competentes. Con esto te digo que, como les decía a los jugadores, tratamos de afianzar las herramientas para poder defendernos en la cancha porque los resultados de buena fe son fáciles de lograr aunque sí estábamos en inferioridad. Nos focalizamos en trabajar duro, no darle tanta importancia al resultado sino más bien a cómo prepararnos para obtener el resultado.

 

- ¿Sirvió de motivación?

. Sí, creo que fue la gran motivación nuestra para afrontar toda la temporada, saber que cada día teníamos que entrenarnos para mejorar, qué cosas debíamos corregir y demás, confiar en que los triunfos van a llegar. Ver el progreso de los jugadores era más importante que ganar un partido. Si bien entiendo que lo que manda es ganar para mostrar estar en un determinado nivel, desde la dirigencia para con el cuerpo técnico y el resto de los jugadores el mensaje siempre fue otro. Más allá de ser competitivos la idea fue prepararnos para ser competentes, prepararnos todos los días para jugar un poco mejor. A lo largo de la temporada eso se demostró, terminamos jugando muy bien y ya pensando que hay jugadores del equipo que están a la altura de la competencia para desarrollarse sin problemas.

 

- ¿Y eso cómo se combate día a día? Porque no todas las cabezas son iguales y el deseo por ganar siempre está.

. Creo que ayudó mucho la actitud de los jugadores. Este grupo, que es un equipo que hace tiempo vengo trabajando, es humanamente excelente y la dirigencia también lo sabía. La relación entre los jugadores y el cuerpo técnico siempre fue muy buena, de mucho respeto y creo que esas cosas ayudan a que se puedan soportar momentos difíciles como los que pasamos. Yo sostengo que, para mí como entrenador, con el paso del tiempo me voy a dar cuenta de que esta va a ser la mejor temporada para mí. Esto dejó muchos aprendizajes en cuanto a querer superarse a cada momento, de trabajar constantemente para mejorar, de buscar corregir errores y que siempre aparezcan otros nuevos para arreglar. Creo que eso deja una enseñanza impresionante. Después también aprendimos a sobredimensionar la derrota, porque hubo muchos partidos donde nos hemos ido a casa contentos por hacer un buen juego y eso tiene mucho más valor que ganar un partido jugando mal. Si uno se pone a comparar habría que ver en qué o cuántos clubes se permite eso. En el Anzorena que jugó esta temporada para nosotros fue productivo perder jugando bien, saber que habíamos dejado todo y que nunca nos habíamos guardado nada. La motivación en la semana era esa, saber que teníamos que preparar el juego siguiente, saber que lo otro ya pasó, siempre mirando hacia adelante y con trabajo muy duro. Nunca dejamos de entrenar y de exigirnos para mejorar, creo que esa fue otra parte del disfrute de esta campaña. En mi caso estoy tranquilo porque no dejé ni un solo segundo de pensar en alguna manera de jugar mejor, de pensar cómo corregir los errores, de diagramar los entrenamientos, de trabajar con mi asistente y preparador físico para que las cosas salgan mejor. Creo que esa fue la clave y obviamente el grupo de jugadores que se las bancó a todas, eso ayuda a tener la motivación bien arriba.

 

- Recuerdo que esta temporada, por ejemplo con Quimsa, se decía que había equipos a los cuales no les vendría mal perder algunos partidos para aprender a levantarse post derrota. En tu caso, a pesar de que se esta en la otra vereda donde vendría bien ganar, ¿Podría decirse que lo enfocás a esa experiencia de superarse?

. Sí, creo que perder te enseña mucho y te hace fuerte, porque hay algo que está en todos que es el orgullo y que no se negocia. A la hora de enfrentar algo difícil tu orgullo está en juego, entonces a vas a pelear al máximo por defender lo que proponés. Creo que se trata de eso, en este caso tratando de dejar lo mejor parado al club, sabiendo que los dirigentes hicieron mucho esfuerzo para que lográramos dar el salto de calidad, tratando de mantener la plaza que tiene la provincia y por sobre todas las cosas buscando dar un buen espectáculo. Eso siempre se lo decía a los jugadores, que nosotros teníamos que tratar de dar un buen espectáculo, si ganábamos mejor pero la gente tenía que venir a la cancha y ver un equipo con el que se sienta identificado. Y la verdad es que ese objetivo lo cumplimos, tuvimos muchos partidos que perdimos pero la gente siempre estuvo acompañando y vivió yendo a la cancha. En los últimos años Mendoza ha tenido un fuerte crecimiento con el básquet. Va más gente a la cancha, hay más chicos jugando, los medios de comunicación también aportan mucho.

 

- En cuanto a lo personal, se me vienen a la cabeza varios entrenadores jóvenes en ascenso que van acaparando las competencias nacionales, varios en el TNA como es tu caso y también en la Liga Nacional. ¿Cómo ves el crecimiento propio y ese enriquecimiento que venís atravesando a pesar de ser tan joven?

. En mi caso hace 20 años que estoy dirigiendo, tomando en cuenta cuando arranqué con el minibásquet y las formativas. De a poquito uno ha ido subiendo pero todo a corta edad, porque empecé a los 14 años y mientras jugaba dirigía a los más chicos. Encontrarme con esta situación quizás fue un tanto sorpresivo porque llegó rápido, uno no toma dimensión del lugar que uno ocupa pero a medida que pasa el tiempo sí se va dando cuenta que esos lugares los tiene que cuidar mucho. Hay muchos entrenadores jóvenes que están en el circuito, uno trata de proyectarse, estudiar y prepararse constantemente. Yo la verdad es que lo único que hago es tomar el consejo de entrenadores que saben, estudiando inglés, aprendiendo más y más del liderazgo, del manejo de grupos, cosas que ayudan en mi propia formación diaria. Sinceramente no hay nada más que eso, después el tiempo dirá qué suceda con uno como profesional. Lo que sí dejo claro es que más allá del nivel donde uno dirija para mí lo más importante es que soy un profesional, apasionado del básquet, y sin importar donde uno lo haga. No me muevo por donde haya más dinero o dirigir en la NBA por así decirlo, lo que me moviliza es la pasión por el básquet, tratando de ser el mejor profesional que pueda y el tiempo me pondrá en el lugar donde tenga que ser. Hoy me toca estar en el TNA y ojalá Dios quiera en algún momento llegue a estar más arriba. Pero eso solamente lo dirá el tiempo y la capacidad que yo tenga para resolver situaciones que pueden marcar un camino, como le pasó por ejemplo al Juli Pagura de saltar del TNA a la Liga A, prácticamente con el mismo equipo y afrontar un torneo nuevo, o como lo he vivido yo ahora con saltar del Torneo Federal al TNA con el mismo plantel. Otros casos también pueden ser Tulo Rivero o Facundo Müller, que después de tantos años como asistentes pasen a ser entrenadores principales. Creo que son situaciones que pueden ocurrir en momentos "X", que se tienen que aprovechar pero que eso no implica que no haya que seguir preparándose. No porque uno esté en TNA o A tiene que dejar de ser profesional, uno tiene que estudiar y prepararse cada vez más porque somos parte de un producto como la Liga Nacional.

 

- Volviendo al tema Anzorena y sabiendo esto de la transición, de estar algunos años dentro del club y llegar a la elaborar una identidad, ¿Crees que esta última temporada habría sido la misma si hubiese sido tu primer año en Mendoza?

. Hasta ahora a mí no me ha tocado llegar a un lugar, sería una experiencia buena para saber qué se siente. He tenido la suerte de que en casi todos los clubes he estado dos o tres años y he podido desarrollar proyectos importantes estando a la par del club. San Martín de Marcos Juárez en su momento, Instituto de Córdoba previo a esta excelente temporada del TNA, y después Anzorena donde hace casi cinco años que estoy, la verdad es que me he ido adaptando siempre con el crecimiento del club. Por ahí el aspecto a tener en cuenta a futuro es que en otro lado los resultados sí van a marcar una tendencia o el camino de la temporada, porque ya sabemos que la temporada que viene será con descensos y que los presupuestos van a subir, entonces las exigencias serán otras. Creo que en este tiempo he aprendido a adaptarme a las instituciones y pretensiones.

 

- Esta temporada hubo varios jugadores del equipo que mostraron cosas muy interesantes. Aunque tenga en cuenta esto que decías de que tomaron la temporada para aprender a ser competentes, ¿Me equivoco si digo que ya se pueden rescatar un par de jugadores que podrían estar en cualquier equipo de la categoría?

. Creo que es acertado lo que decís, si bien nosotros veníamos trabajando mucho en el aspecto profesional. En Mendoza, hasta que no estuvieron los equipos en el Federal y después Anzorena subiendo al TNA, los pibes veían difícil la posibilidad de poder vivir del básquet, de dedicarles tiempo a la preparación de los partidos y demás, se veía medio utópico hasta que se empezó a dar. Me parece que la llegada de Anzorena al TNA profesionalizó a los pibes, que necesitaban ese toque para darse cuenta de que pueden vivir del básquet. Con esto de vivir hablo de poder tener un ingreso para tener una carrera, algo para hacer un colchoncito y encarar un emprendimiento. Me parece que la llegada del equipo al TNA colaboró con eso, y obviamente desarrolló a los pibes en un 100% dentro de la parte deportiva. Había chicos que quizás en el Torneo Federal tenían que dar un salto para marcar diferencias, y con el TNA más la motivación de jugar este torneo los hizo evolucionar muchísimo.

 

- Imagino que esa revolución no solamente tocó al club, sino también a todo Mendoza y hasta toda la región que seguramente necesitaba este salto de calidad...

. Sí, sin dudas, inclusive chicos que si nosotros no estuviéramos en el TNA no habrían venido al club. Me parece que todo ese desarrollo marcó un camino, tanto en los jugadores como en los entrenadores de toda la provincia. Hay una política de cambio, con ideas nuevas. Mendoza está creciendo y busca marcar una tendencia a nivel nacional, y eso ayuda porque hoy solamente hablamos de Anzorena pero en el futuro otros clubes pueden animarse a más y sumarse. Así como Anzorena fue el que arrancó estando en el Federal y después se sumaron otros equipos como Rivadavia, Atenas o Talleres, me parece que va a contribuir a eso y puede pasar lo mismo en el TNA. Me parece que en la región de Cuyo había un tema de explotación que no estaba desarrollado aún, es una zona con mucho potencial y que había quedado un poco tapada al desaparecer clubes de la Liga A como fue el caso de Andino, GEPU o Regatas de Mendoza. A nivel nacional después de ellos no hubo más nada, pero es una región donde el básquet siempre estuvo y la gente estaba prendida. Solo faltaban equipos que compitan por cosas importantes para mantener la motivación de todos, ya sea de jugadores, dirigentes o el mismo público. Hay una movida importante, me parece que Mendoza es la cabeza de esto y que tiene que seguir así, esperando que continúen prendidos otras provincias como San Luis, La Rioja y Catamarca, que quieren competir y me parece bueno.

 

- No te quiero sacar mucho de lo que sea Anzorena pero en las últimas horas tu nombre trascendió en una lista de candidatos que maneja San Isidro para su futuro entrenador. ¿Te gustaría una posibilidad así?

. Quien principalmente maneja esta situación es Martín Budding, mi representante. El está al tanto de los pasos a seguir, sé que hay un interés de algunos clubes pero estar en lista no significa estar contratado en ningún lado. Que me tengan en cuenta para mí es muy valioso. Con la gente de Anzorena también estamos en conversaciones diagramando algunas cosas, pero uno nunca está exento de que pueda salir algo que uno no tenga dentro de los planes. Principalmente es mi agente el que va delineando las propuestas que llegan.

 

- Supongo que es un elogio la búsqueda de tus servicios por parte de varios equipos...

. Yo lo único que hago es trabajar, trabajar y trabajar, duro y siempre pensando que podemos estar un poquito mejor. Obviamente es distinto cuando vos vivís de otra cosa y el básquet está en segundo plano, pero cuando vos vivís de esto como yo tenés que dar lo máximo y estar siempre exigiéndote. Creo que hay algo que marca un poco mi filosofía e identidad, y es que no es fácil estar en varios lugares durante mucho tiempo. ¿Hoy cuántos entrenadores pueden estar mucho tiempo en un mismo lugar? La verdad es que es raro eso, y en mi caso me pasó de estar en tres o cuatro clubes donde he estado una buena cantidad de tiempo. Creo que eso habla bien y contribuye a que quien no me conozca vea que algo hay para poder permanecer. Además, y toco madera de esto, tampoco nunca me han despedido de ningún club, siempre me he retirado por alguna propuesta mejor o porque se haya cumplido un ciclo. He tenido facilidad de poder tener un sentido de pertenencia en cada club por el que pasé, y creo que eso habla bien del trabajo de uno.

 

 

 

Lucas Leiva / [email protected]

En Twitter: @lucassleiva

En Twitter: @basquetplus

 

 

 

 

 

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