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Cooper Flagg, proyectado como la primera elección del Draft de la NBA 2025 y futuro jugador de Dallas Mavericks, forjó sus primeras rivalidades deportivas en un entorno muy familiar: su casa. Según un artículo de Sports Illustrated, sus duelos más intensos no fueron en canchas profesionales, sino en la entrada de su hogar junto a su hermano gemelo, Ace, y su madre, Kelly.

Aunque Ace, quien jugará en la Universidad de Maine, era su compañero constante, fue su madre quien realmente lo desafiaba. Kelly, exjugadora universitaria, nunca le dio ventajas a Cooper: le bloqueaba los tiros, lo obligaba a defender en el poste y le repetía a su esposo que solo lo dejaría ganar cuando realmente pudiera. Esos duelos se prolongaban hasta altas horas de la noche y representaban una verdadera escuela de carácter y técnica para el joven prodigio.

La rivalidad entre madre e hijo terminó cuando Cooper, ya con 1.80 metros en sexto grado, dejó de ser superado físicamente. En su último enfrentamiento, Kelly sufrió una rotura de menisco, marcando el final de esos intensos partidos.