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Hay noches que redefinen una carrera. Para Jamal Murray, el juego 6 ante Oklahoma City fue una de ellas. Enfermo, agotado y con el cuerpo pidiendo pausa, el canadiense salió a la cancha del Ball Arena sabiendo que su equipo estaba al borde del abismo. En una jornada donde fue duda hasta media hora antes del salto inicial, terminó con 25 puntos, 8 rebotes, 7 asistencias, un tapón y +28 en la planilla. Denver ganó 119-107 y forzó un imperdible juego 7 en las semifinales del Oeste.

La comparación era inevitable. Rápidamente, las redes lo bautizaron como el “Flu Game” de Murray, evocando la mítica noche de Michael Jordan en 1997 frente a Utah. Aquella vez, Jordan firmó 38 puntos, 7 rebotes y 5 asistencias con fiebre alta. Esta vez, Murray, visiblemente afectado por una dolencia no especificada, fue sometido a sueros intravenosos antes del partido y aún así, lideró a los Nuggets desde el inicio con 11 puntos en el primer cuarto, incluyendo una jugada de 4 puntos que encendió al estadio.

“Cuando desperté esta mañana, sabía que iba a jugar”, declaró Murray con determinación. La confianza fue recompensada. Su impacto fue inmediato y constante: sumó 9 puntos y 4 asistencias solo en el tercer cuarto y bloqueó un tiro clave en el último minuto del juego. Su presencia fue decisiva incluso en el tramo que Jokic descansó: Denver ganó esos cuatro minutos por tres puntos. Nikola Jokic, como siempre, fue el socio perfecto: 29 puntos, 14 rebotes, 8 asistencias, 2 robos y un tapón.

Aunque OKC se fue al entretiempo 61-58 arriba gracias a un triple de Lu Dort, la sensación de que los Nuggets tomaban impulso era evidente. Murray jugó 39 minutos. Lo hizo con energía, liderazgo y presencia en ambos extremos, pese a una evidente merma física. “Todo me molestaba, pero cuando empieza el partido y el equipo te necesita, la adrenalina hace su parte”, explicó. Sus promedios en playoffs reflejan su importancia: 22.3 puntos, 5.3 asistencias y 4.9 rebotes. Pero ninguna estadística explica del todo lo que representa para Denver.

Denver vuelve a un todo o nada por segunda serie consecutiva. Con Jokic como ancla y Murray como héroe inesperado, buscarán volver a las Finales del Oeste. La historia está escrita en noches como esta. Y el nombre de Jamal Murray, junto al de Jordan, ya tiene su propio “Flu Game”.