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Pascal Siakam nació en Douala, Camerún, en 1994, siendo el menor de seis hermanos. Durante su infancia, no mostró interés por el deporte, aunque su padre soñaba con que sus hijos llegaran a la NBA. Mientras sus hermanos mayores jugaban al baloncesto en universidades de EE. UU., Pascal prefería el fútbol, con la aspiración de ser como su ídolo, Samuel Eto'o. A los 11 años, su padre lo envió a un seminario con la idea de que se convirtiera en sacerdote, una experiencia que Pascal y sus hermanos describieron como muy dura.

El giro en su vida ocurrió en 2011, cuando asistió a un campamento de Basketball Without Borders de la NBA en Camerún, donde conoció a Luc Mbah Moute, quien quedó sorprendido por sus condiciones físicas. Esto le abrió la puerta a otro campamento en Sudáfrica, donde se encontró con Serge Ibaka y Luol Deng. Allí comenzó a creer que llegar a la NBA no era imposible. Tras destacarse, recibió una oferta para mudarse a Texas y asistir a la God's Academy, a pesar de no saber inglés. Su familia lo convenció de aprovechar la oportunidad.

Ya en EE. UU., Siakam enfrentó dificultades al adaptarse al nivel de sus compañeros, pero se comprometió a mejorar. Con esfuerzo, empezó a destacar y fue reclutado por la Universidad de Texas. Aunque una lesión lo dejó fuera su primera temporada, no se desmotivó y utilizó ese tiempo para fortalecer su juego. Inspirado por la superioridad de sus compañeros, como Tshilidzi Nephawe, Pascal redobló su trabajo, decidido a superarse constantemente.

Cuando finalmente empezó a brillar, la tragedia golpeó con la muerte de su padre. Aunque quiso regresar a Camerún, problemas con su visa se lo impidieron. Su familia lo animó a quedarse, y él canalizó su dolor en motivación para cumplir el sueño de su padre. Aprovechó sus oportunidades en la cancha y se destacó en la liga universitaria. En 2016, fue elegido en el draft de la NBA por los Toronto Raptors, cumpliendo así el sueño de su familia y, especialmente, de su padre.

Jugó 8 temporadas en Toronto y fue clave en el primer anillo de la franqucia, allá por la temporada 2018-19. En el 2024 su carrera dio un giro necesario y pasó a Indiana Pacers, en donde se convirtió en la segunda espada de Tyrese Haliburton. Ahora, en estos playoffs, viene siendo un jugador clave y ayer tuvo su gran noche en el Madison Square Garden, ya que terminó con 39 puntos y fue la figura indiscutida de su equipo, que puso el 2-0 contra los Knicks y se perfila como un candidato a jugar las finales.