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New York e Indiana reeditan el clásico de los 90 en las finales del Este en busca de un lugar en la definición. Los Knicks llegan con la moral bien alta después de superar a los Celtics campeones, mientras que los Pacers sorprendieron a los Cavaliers con autoridad.

Dos estilos bien distintos se enfrentan. Tom Thibodeau confiando en una rotación de pocos jugadores, con su quinteto absorbiendo más de 30 minutos, mientras que los que suman 18 y 19 minutos desde la banca son Miles McBride y Mitchell Robinson. Del otro lado, Rick Carlisle apuesta 9 jugadores con buena cantidad de minutos, con Bennedict Mathurin, TJ McConnell, Obi Toppin y Ben Sheppard, que permiten sostener la intensidad.

En la base será uno de los duelos, con un Haliburton que demuestra que el apodo de “sobrevalorado” no existe para él y es clave en el clutch de su equipo. A su vez, con Siakam y con Turner en cancha, el ritmo de los Pacers aumenta y logra ser dominante desde la intensidad. Desde la defensa sobre Brunson serán importantes los aportes de Nembhard y Nesmith, de grandes rendimientos allí.

Del otro lado, Brunson es el jugador más destacado en los cierres de toda la NBA. Sin embargo, no es la única espada de New York, con Karl-Anthony Towns dominante en la pintura y con grandes pasajes de OG Anunoby, Mikal Bridges y Josh Hart, todos claves en los dos costados de la cancha.