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Lou Williams ingresó a la NBA en 2005 como un joven talento directo desde la secundaria, pero su adaptación a la liga estuvo marcada por las clásicas novatadas impuestas por los veteranos. En una reciente entrevista, el exbase recordó una de las historias más insólitas de su carrera: "Tuve que darle una bofetada en la cabeza a Mo Cheeks", reveló entre risas en el podcast Underground Lounge.

Todo comenzó tras un partido, en el autobús del equipo, cuando Allen Iverson y Chris Webber lo desafiaron a beber tres cervezas en siete minutos por 15.000 dólares, a pesar de que nunca había tomado alcohol. "Yo era un atleta serio, no bebía, no fumaba, pero en ese momento 15.000 dólares me sonaban como 15 millones", explicó.

Williams aceptó el reto y, para sorpresa de todos, lo cumplió. Sin embargo, la apuesta no terminó ahí. Ya en el avión rumbo a la siguiente ciudad, Webber subió la apuesta con una nueva propuesta: otros 15.000 dólares si Williams se quitaba la camiseta y golpeaba en la cabeza al entrenador Mo Cheeks. "Estaba borracho y ellos se estaban divirtiendo conmigo. Solo tiraban desafíos sobre la mesa", recordó.

Sin medir las consecuencias, el novato corrió hacia el fondo del avión y, en sus propias palabras, "dije ‘Perdón, Mo’ y pum". Para su alivio, el entrenador entendió la situación y reaccionó con una sonrisa, consciente de que el joven estaba siendo víctima de un ritual de vestuario.

Williams, sin embargo, no dejó que estas experiencias definieran su carrera. Tras un inicio discreto, se convirtió en uno de los mejores suplentes de la historia, con tres premios al Mejor Sexto Hombre del Año y una reputación como anotador implacable. "Pasé de ser un chico al que le hacían novatadas a ser un veterano respetado en la liga", concluyó.