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El juego que determinó el triunfo de Santa Paula de Gálvez en la serie del Federal frente a Libertad marcó mucho más que un resultado deportivo. Es que a los 45 años tuvo sus últimos momentos en el básquet profesional Mariano Ceruti.

Y lo hizo siendo el máximo anotador de su equipo con 14 puntos en 31 minutos en cancha, fiel a su estilo de dejar todo en cancha. El alero cumplió su quinto ciclo en la institución santafesina, donde comenzó a jugar como profesional en el lejano 1994 en la Liga B. Desde allí consiguió el título del tercer escalón en esa temporada, luego fue campeón del TNA en 1998, en 2002 ganó la Liga Sudamericana, con MVP incluido, en 2008 ganó la Liga Nacional, mientras que también logró el Súper 8 en 2005 y 2007.

En charla con Básquet Plus, comentó: “Como un chico de pueblo de acá de mi ciudad es como un sueño hecho realidad. Mirás hacia atrás y ves todos los campeonatos que se ganaron y realmente es un sueño. Cada torneo siempre es importante, sea la liga rafaelina, Liga Sudamericana, Liga Nacional.  Cada una tiene sus cosas especiales, pero lo más especial para mí es cada vuelta ver hacia la tribuna y tener a mi familia, a mis amigos. Lo más importante, más allá de todos los títulos, es ser buena persona, si no sos buen tipo nadie se va a acordar de vos. Creo que obviamente los títulos suman a cada uno, eso no lo voy a negar, le suman al club, le suman a todos, pero lo más importante es ser un buen tipo”.

Su vida pasó por Libertad, pero también fue un gran referente y sacrificado jugador en la Liga y el TNA. Tuvo pasos por Gimnasia de La Plata (subcampeón de la Liga 2003/04), San Martín de Corrientes, Oberá TC y Unión de Sunchales en dos ciclos, , La Unión de Formosa, Sarmiento de Resistencia, Tiro Federal en tres ciclos, Atlético Rafaela, Unión de Sunchales, Villa San Martín, AMAD de Goya y Ben Hur. También jugó en Pavia de Italia y en Deportivo San José de Paraguay.

Sin embargo, la casa de los tigres es su hogar: “Es mi escapada de todos los quilombos, de todo lo malo que tuve en toda mi vida. Es mi refugio, es mi familia, es mi segunda casa. Libertad lo es todo. Me apoyo mucho en el club, siento que cuando voy me olvido de todo. Los hinchas mismos me lo hacen saber todos los días. Realmente no tengo más palabras de agradecimiento para el club. Siento que siempre le debo cosas, por eso tampoco paro de brindarme, aunque me duele a todo, al 100%”.