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En días donde se ponderó de gran forma la única temporada de Cooper Flagg en la NCAA, donde no logró llevar a Duke al título, bien hay que acordarse de Carmelo Anthony en Syracuse, llegando por todo lo alto a la NBA.

Ya apuntado como uno de los mejores proyectos junto a LeBron James de cara al draft de la NBA del 2003, Melo firmó con Syracuse y automáticamente dominó la NCAA. Tuvo 35 partidos con 22.2 puntos, 10 rebotes, 2.2 asistencias y 1.6 recuperos para llevar a su equipo al campeonato. Fue 16º en puntos y 19º en rebotes, además de conseguir los premios Freshman del Año, Rookie del Año de la Big East Conference y fue incluido en el mejor quinteto de la conferencia y en el segundo equipo del All-America por Associated Press.

Ya en el March Madness, llevó a su equipo a la Final Four por primera vez desde 1996 con un triunfo claro en el Elite 8 ante Oklahoma, con un Melo imparable con 20 puntos y 10 rebotes. Ya en semifinales bajaron al candidato de todos, el Texas de TJ Ford, con 33 puntos y 14 rebotes de Anthony. Y en la final superaron a Kansas, que tenía a Kirk Hinrich y Nick Collison como figuras, con 20 puntos, 10 rebotes y 7 asistencias de Carmelo, para ser nombrado como el MVP, el tercer freshman en conseguirlo.

Una temporada absolutamente dominante de un Carmelo Anthony que llegaría con todos los laureles posibles a la NBA.