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A los 83 años falleció el histórico y controvertido entrenador Bobby Knight. Conocido por sus grandes logros deportivos como por su chocante personalidad y frases, es el sexto máximo ganador de la NCAA en la historia y condujo a la Universidad de Indiana a tres títulos. Es miembro del Hall of Fame desde 1991.

En 1976 lo logró con Scott May como figura, en 1981 con Isiah Thomas y en 1987 con Keith Smart. Previo a eso, entre 1965 y 1971, fue entrenador de la Academia Militar de West Point. En el 2000 terminó despedido por sus modales y finalizó su carrera en la NCAA entre 2001 y 2007 en Texas Tech, con 889 victorias y un 71% en triunfos.

En medio de su estadía en Indiana dirigió al seleccionado de Estados Unidos entre 1979 y 1984. Allí llevó al Oro Panamericano y Olímpico al equipo que tenía a Michael Jordan como la figura incipiente y donde dejó afuera a Charles Barkley.

Visitó a Argentina en 1990 en una clínica

Sus frases y acciones lo definieron y tuvo tantos que lo admiraron como otros que lo odiaron. Su frase “Cuando muera, solo quiero que me entierren boca abajo para que así todos aquellos que me odien puedan venir a besarme el culo” es de las más recordadas.

Sin ir más lejos, llegó a tirar una silla a la cancha en un juego ante Purdue en febrero de 1985. Knight estaba en total desacuerdo con los fallos arbitrales y su acción provocó los aplausos del estadio, lo que provocó su expulsión y suspensión luego por un juego.