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FIBA comenzó a tomar cartas en el asunto ante la fuga de talento internacional ante la NCAA con la necesidad de tener una carta de autorización. En este contexto, el Secretario General del ente internacional, Andreas Zagklis dio la postura oficial de cara a esta problemática.

En el Congreso de FIBA en Bahréin explicó: “Estas cantidades de que terminan en manos de jugadores de 18 a 20 años son bienvenidas para ellos por séquito. Estamos felices por ellos. Al mismo tiempo, tenemos que reconocer que esto ha dejado de ser una experiencia académica principalmente para los atletas”.

Y agregó: “Las universidades de la NCAA se están acercando cada día a ser entidades comerciales o clubes profesionales. Eso es desafiar a nuestro ecosistema por la sencilla razón de que nuestro ecosistema se basa en un principio, se puede transferir siempre y cuando se respeten los contratos. Hay que respetar los acuerdos”.

En este sentido afirmó: “Para pasar de una institución profesional de baloncesto a otra institución de baloncesto profesional de facto, debería haber un proceso, una carta de despeje. Debe haber autorización del club saliente y de la federación nacional, y tiene que haber algunas salvaguardas de hacia dónde va el jugador: cuáles serán las condiciones que habrá, cuál será la disponibilidad para el equipo nacional, y cuál es la recompensa para el ecosistema FIBA, incluyendo a nuestros clubes, nuestras ligas, nuestras federaciones y sus miembros que han invertido para alguien que empezó a jugar a la edad de 9, 10 o 11 años y ahora termina con un cheque de 7 cifras en las manos a la edad de 18 años”.