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Durante el segundo partido de la final de la liga griega, el propietario del Panathinaikos, Dimitris Giannakopoulos, fue expulsado en medio de un ambiente tenso. Según el club, no fue una expulsión formal, sino que Giannakopoulos se retiró voluntariamente tras recibir cánticos ofensivos hacia él y su hija. El Panathinaikos alegó que esa fue la razón principal de su salida del estadio, no una sanción disciplinaria.

Por su parte, el Olympiacos ofreció una versión completamente distinta. Afirmaron que un fiscal ordenó la detención de Giannakopoulos y que este huyó del vestuario mientras era perseguido por la policía para evitar ser arrestado. Además, aseguraron que antes de abandonar la cancha, el propietario del Panathinaikos realizó gestos ofensivos hacia los hermanos Aggelopoulos, dueños del Olympiacos.

Las tensiones entre ambos equipos escalaron aún más cuando los Aggelopoulos denunciaron que Giannakopoulos les dirigió insultos extremadamente graves, como el que le habría dicho a Bartzokas: "Le dijo a Giorgos que violaría a su hija y él estaría mirando", expresaron los Aggelopoulos. El Olympiacos inició acciones legales, y, según la ley griega, Giannakopoulos podría ser arrestado en un plazo de 48 horas si las acusaciones proceden.

Hace unas semanas se filtró un discurso de Giannakopoulos, apuntando contra el Olympiacos: "Destrozaremos al Olympiacos durante los próximos dos años. ¡Esto es más importante que el título de la Euroliga!”.