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Melvin Harrison Turpin, fue más conocido como Mel, nació a fines de diciembre de 1960 en Kentucky y tras destacarse en el básquet en su infancia y adolescencia, concurrió a la universidad de su ciudad.

Tuvo un buen paso por la NCAA, fueron cuatro años de sólidas actuaciones. En su último año en la etapa universitaria guió a su equipo a alcanzar el Final Four. Tenía todo para cerrar su paso por la NCAA con una sólida participación y una consagración, pero en semifinales tuvo un duelo mano a mano con Pat Ewing pero su desempeño fue flojo y quedaron eliminados.

Washington Bullets lo escogió en la sexta posición del draft de 1984 pero fue enviado a Cleveland Cavaliers a cambio de Cliff Robinson. Rápidamente fue catalogado con el sobrenombre de “Dinner Bell” por sus constantes problemas con el sobrepeso, pese a eso logró tener una buena temporada inicial.

En la 85/86, su segunda como profesional, fue la mejor de su carrera. Se erigió como uno de los líderes del equipo y sus números crecieron considerablemente respecto a la temporada anterior. Pero al finalizar, George Karl, entrenador de los Cavaliers, se cansó de los problemas de sobrepeso de Mel y el interno pasó a ser suplente y bajó a más de la mitad la cantidad de minutos que tuvo en cancha.

En un abrir y cerrar de ojos, su carrera decayó abruptamente y fue enviado desde Cleveland a Utah para afrontar la temporada siguiente. Misma situación que su último año contra los Cavaliers: entraba como suplente y con poco más de 12 minutos en cancha por juego y con promedios aún más bajos. 

Cuando finalizó la 87/88, la historia se repitió y el Jazz lo dejó libre, Turpin armó las valijas y se fue a jugar a España tras recibir una suculenta oferta por parte de CAI Zaragoza. Tuvo un buen desempeño jugando en la liga ACB y tras finalizar la 88/89, volvió a Estados Unidos.

Como jugador libre fue fichado por Washington Bullets. No pudo mostrar mucho más de lo que había hecho en sus últimas dos temporadas en la NBA, jugó algunos encuentros más como titular pero sus números no fueron buenos.

Ese fue el punto final de su carrera. Fueron poco más de 350 partidos en cinco temporadas y jugando en tres franquicias distintas. Se retiró en 1990 y en 2010, luego de trabajar durante diez años como guardia de seguridad, decidió quitarse la vida. Será recordado como uno de los grandes prospectos de pivotes que tuvo la NBA, pero que tuvo una frustrada carrera como profesional.