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La irrupción definitiva de Shai Gilgeous-Alexander como figura de élite en la NBA ha reabierto un debate que parecía cerrado desde hace tiempo en Oklahoma City. Con su reciente consagración como MVP y la histórica clasificación a las Finales —la segunda en la historia de la franquicia desde su mudanza desde Seattle en 2008—, el canadiense se mete de lleno en la conversación sobre quién es el mejor jugador que haya vestido la camiseta celeste del Thunder. Y no se trata solo de sensaciones: Shai ya es el tercer máximo anotador del equipo y el primero en conducirlo a esta instancia siendo la figura indiscutida.

Hasta ahora, el consenso solía dividirse entre Kevin Durant y Russell Westbrook, dos nombres que definieron la era dorada del equipo entre 2010 y 2016. Durant, con su combinación letal de eficiencia, estilo y regularidad, fue cuatro veces máximo anotador de la NBA y ganó el MVP en 2014. Westbrook, por su parte, alcanzó dimensiones históricas al promediar un triple-doble en tres temporadas consecutivas, además de quedarse con el premio al Jugador Más Valioso en 2017 tras la salida de Durant. Ambos, sin embargo, compartieron y lideraron un plantel que, pese a su talento, no logró el campeonato.

Gilgeous-Alexander está construyendo un legado distinto. No solo rompió con la lógica de la reconstrucción que dominó a OKC tras la salida de Paul George y Westbrook en 2019, sino que lideró la creación de un nuevo núcleo joven con resultados sorprendentes: récords históricos, un rendimiento ofensivo demoledor y un camino firme hasta las Finales. Su temporada 2024-25 no solo incluyó un promedio de 32,7 puntos por partido —el más alto de la NBA—, sino que también quebró el récord de puntos en una temporada en toda la historia de la franquicia.

A sus 26 años, Shai suma tres selecciones al All-NBA First Team, un MVP, tres presencias en el All-Star Game y más de 10.000 puntos en la camiseta del Thunder. Es el único jugador de la franquicia que alcanzó esas marcas mientras lideraba un equipo genuinamente candidato. Y aunque Durant y Westbrook también llegaron a las Finales, lo hicieron compartiendo protagonismo. Shai, en cambio, lo hace como estandarte de un plantel joven y bajo un nuevo paradigma de construcción de equipo.

En definitiva, no hay sentencia definitiva. La historia de Oklahoma City aún es joven, y quizás el mayor logro de Gilgeous-Alexander sea haber transformado una reconstrucción larga y gris en una de las historias más prometedoras de la NBA actual. ¿Es ya el mejor? El tiempo, los títulos y la memoria colectiva dirán.