NBA

Karl Malone, la carta no llegó a destino en Los Ángeles

11:17 10/06/2021 | El Cartero jugó su última chance de ser campeón en unos súper Lakers, pero lesiones y un ambiente condensado lo impidieron.

Karl Malone y su último por ser campeón en los Lakers

Lo que hoy es Brooklyn con tantas estrellas juntas, los Lakers lo hicieron antes en el 2003 cuando juntaron a Kobe Bryant, Shaquille O'Neal, Gary Payton y Karl Malone. En los viejos tiempos cuando los jugadores se afincaban en una franquicia y lo intentaban una y otra vez, el Cartero era de esos jugadores que se pensaba que jamás se iría de Utah.

 

Sin embargo, en pos de ir a buscar el anillo perdido a manos de Michael Jordan en sus dos finales con el elenco de Salt Lake City, tomó la decisión de firmar con los Lakers por un sueldo mínimo de veterano de 1.5 millones de dólares. Con el retiro de John Stockton y la dolorosa derrota en primera ronda ante Sacramento provocó en los mormones un barajar y dar de nuevo, disolviendo después de 18 temporadas la dupla Malone-Stockton, la firma registrada del Jazz.

 

Los Lakers venían de un tricampeonato con Phil Jackson en la banca y Kobe junto a Shaq dominando a la NBA, pero en la última temporada habían perdido ese reinado a manos de los Spurs de Manu Ginóbili y compañía. Con ese antecedente la franquicia angelina redobló la apuesta y le abrió la puerta a leyendas cerca del retiro pero obsesionadas con un anillo como Karl Malone y Gary Payton.

 

El inicio fue alentador en todo sentido y hasta la lesión fuerte de Karl Malone, los Lakers llevaban una marca de 20-5 con Kobe y Shaq siendo principales figuras, junto a un Karl Malone en un rol secundario pero importante y justo para complementar a la dupla con una media de 14.0 puntos, 9.5 rebotes y 3.7 asistencias en 32.5 minutos.

 

Hasta ahí iba todo bien, pero la caída que sufrió el Cartero en aquel juego ante Phoenix el 21 de diciembre, pegó fuerte en la plantilla. Malone se perdió casi la mitad de la fase regular y sumó más partidos ausentes que en todos sus 18 años de carrera anteriores, mientras en el equipo empezaban a tejerse internas.

 

Por un lado estaba Shaquille buscando obtener el máximo contrato para el final de temporada y en tanto Kobe era asediado por el caso de abuso sexual en su contra que interfería con los tiempos del equipo y sus cuestiones judiciales.

 

Malone regresó al equipo tras más de dos meses de ausencia y reencausó el andar de los Lakers y en sus dieciocho partidos desde su vuelta el récord fue de 14-4, bajando un poco sus números de goleo a 13.2 pero siendo la amenaza necesaria para que el resto tenga más libertades a la hora de contar con dobles o triples marcas.

 

No obstante con un registro de 56-26, los Lakers quedaron terceros en el Oeste por detrás de Minnesota y San Antonio, campeón defensor, por lo que para avanzar a las finales tenían que remarla con desventaja de localía.

 

Habiendo tenido una carrera por encima de los 25.0 puntos de promedio, 10.1 rebotes, el Cartero siempre supo que en LA su rol iba a ser diferente dentro de la cancha, pero por fuera su ascendencia en el grupo iba a ser también importante por lo que la guerra de egos era un matiz a tener en cuenta para la química que tiene cohesionar un plantel para ser campeón.

 

Malone y Bryant nunca se llevaron bien desde un principio, algo que terminó saliendo a la luz en el cierre de temporada y la no renovación de Karl para el segundo año que tenía pactado con los Lakers.

 

En los playoffs, Lakers se mantuvo firme con los resultados y sin tener un gran juego pudo deshacerse primero de Houston (4-1), luego de San Antonio (4-2) con aquel doble a falta de cuatro décimas de Derek Fisher y por último a Minnesota en la finales del Oeste por 4-2.

 

Malone bajó sus números en la postemporada con 11.5 puntos, 8.8 rebotes, pero en pos del equipo continúo con una buena media de asistencias 3.4. El cartero entendía el juego y buscaba las mejores opciones para el equipo, sin sumar tanto puntos como en otros años.

 

En las finales ante los Pistons, Malone nunca pudo jugar cómodo por una dolencia en su rodilla, jugando maltrecho los juegos tres y cuatro y sin pisar la cancha en el quinto punto. Esos escasos 5.0 puntos por juego de Malone en las finales fueron letales para el sueño Lakers de ser campeón, en un equipo que lo tenía todo pero estaba dividido por los egos.

 

Los Pistons tuvieron un juego colectivo inmaculado y demostraron que el colectivo generalmente se impone a las individualidades y se quedaron con el trofeo a final de temporada con un contundente 4-1.

 

Karl Malone no volvió a jugar oficialmente tras ese revés y su carrera se fue sin la gloria que hubiera sido consecuente con su figura, pero en el deporte las paginas doradas no siempre están escritas para todos y el Cartero supo que su legado iría por otro lado, pero sin dudas que nadie podrá negar que el ex Utah es uno de los jugadores más grandes de toda la historia de la NBA.

 

Mauro Osores / [email protected]
En Twitter: @basquetplus
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