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El final de la historia de Luka Doncic y Dallas Mavericks es conocido: terminó con una decisión de Nico Harrison de enviarlo a Los Angeles Lakers a cambio de Anthony Davis. Uno de los justificativos de la operación fue el estado físico y la disciplina del número 77. Hace un año, el esloveno llegaba a las Finales tras liderar a Dallas en una dominante serie contra Minnesota Timberwolves, la cual ganaron 4-1. Gracias a su gran desempeño, fue nombrado MVP de las Finales de la Conferencia Oeste.

Durante esa serie, Doncic brilló con dos triples-dobles y un partido decisivo en el que sumó 36 puntos, 10 rebotes, cinco asistencias y seis triples. En medio de la celebración, vivió un momento curioso cuando Michael Finley, asistente del gerente general de los Mavericks, le quitó sutilmente una cerveza que compartía con su padre en el vestuario. Doncic quedó sorprendido por dicha acción.

En ese momento, se vio como una graciosa curiosidad. Ahora, con el diario del lunes, todo toma un poco más de forma y da a entender que el tema del físico de Doncic era algo que preocupaba a la gerencia desde hace bastante tiempo. Luka acababa de llevar al equipo a las Finales de la NBA, era el nombre del momento en la liga, y trataban de que se mantuviera disciplinado. Ese terminó siendo uno de los detonantes de una decisión que muchos creen que fue de las peores de la historia.