


Día 7: Pirámides y la guerra de Irak
Día libre, muy esperado por todos para hacer algo de turismo. Teotihuacán te deja mudo. Cena en El Popular y charla con el botones del hotel, echado de los Estados Unidos.

Al fin un día libre, sin básquet. Lo necesitábamos. La idea, arreglada la noche anterior, era salir a las 10.15 desde el Sheraton donde se aloja Pepe Sánchez con una banda de 7 a las pirámides de Teotihuacán. Para no perder el ritmo de caminata, me levanté temprano, cosa de ir caminando los 4 kilómetros que separan mi hotel del suyo.
Mi cálculo fue impecable: salí 9.25am desde el Zócalo y 10.14 llegaba al Sheraton. Me extrañó no ver a nadie abajo, así que mandé el primer wasap a Pepe. Nada. Luego de dar una vuelta por el lobby para ver si había alguien, cero. Esperé hasta que llegó Bruno Vain, uno de los miembros del tour. Estaba en mi misma situación. El sabía que Pepe había ido al hotel de las delegaciones para hacerle una nota al Che García. Supusimos que estaba algo atrasado.
Pasaron 15 minutos, 30, 45... hasta que bajó el padre de Pepe, otro miembro del tour, que recibió la indicación de salir con los dos autos para el hotel donde estaba Juan Ignacio, así íbamos ganando tiempo. Fuimos. Llegamos. Otros 15, 30, 45 minutos, hasta que aproximadamente a las 12 pudimos arrancar hacia Teo (diminutivo de Teotihuacán que utilizaré de aquí en adelante).
La demora complicaba mi vuelta, ya que tenía una nota prevista, pero le pusimos onda. Canasta se quedó en la ciudad, ya que como bien explicó el amigo Germán Beder en Twitter, prefirió ir sl shopping antes que ir a ver "ladrillos".
Increíble falta de respeto de JD, The Legend, a la cultura mundial. Ya en TEO, contratamos a un guía, algo elemental en un lugar grande y con tantos secretos como éste. Diremos cómo estaba constituida la delegación completa: Pepe, Carlos (padre de Pepe), Carlos Altamirano, Pablo Viola, Fernando (productor de Torneos), Bruno y yo.
No nos vamos a extender demasiado en lo que fue la visita al lugar. Impresionante. Construidas en el siglo III ac, las pirámides (templos, nos corrige el guía), mantienen una estructura impecable, más allá de las lógicas restauraciones periódicas que estos sitios necesitan. Subir la del Sol fue bravo, pero bajarla ni le cuento. Empinada, alta (más de 250 escalones), más la calor, diría mi abuela. Igual, todos pasamos el desafío.
Canasta lo hubiese pasado mal, debo reconocerlo. Hicimos el tour en dos horas, cuando completo implicaba 7 kilómetros y 3 horas y media, pero fue grandioso. Cuesta imaginar que semejante lugar estuvo enterrado entre tierra y pasto durante 5 siglos, luego de ser abandonado por la hambruna por los teotihuacanos.
Al regreso, me fui directo al Hotel Camino Real a juntarme con Horacio Muratore, presidente de FIBA y, como suponía, la nota con Campazzo y Laprovittola quedó para más adelante. Regresé al Hotel, me reecontré con Canasta y, para hacerla fácil, volvimos a El Popular, nuestro restó de cabecera, bueno y barato. Juan estaba inapetente porque había almorzado tarde, así que me acompañó con un...arroz con leche, con un poquito de crema.
Yo no lo podía creer, pero sobre gustos no hay nada escrito, dijo el campesino que estaba haciendo el amor con una cabra.
Terminamos de cenar, hicimos los 100 metros hasta el hotel, laburé un ratito y, como todos los días, bajé a hacer el último puchito en la puerta, ya casi una cábala. Para matar el tiempo, me puse a charlar con un empleado del hotel, que se queda toda la noche allí.
Me contaba que hace apenas 3 años que volvió a México, luego de 20 en los Estados Unidos. La pregunta obvia era, por qué se volvió. Y la respuesta, insólita para los que no vivimos este drama. "Me sacaron la visa. En el 2001, cuando fue el ataque a las Torres Gemelas, me alisté en el ejército y fui a Irak. Estuve dos años. Pero en el 2011, cuando me pidieron que fuera a Siria, me negué. Y eso en Estados Unidos es inaceptable. Así que me sacaron la visa y tuve que volverme a México".
En 20 años nunca fue ciudadano, sino residente, y la visa de residente el gobierno la puede revocar en cualquier momento, aunque lleves tanto tiempo, y una guerra, sirviendo para el país. Me fui a dormir, creo, un poco peor que antes de bajar. Y no fue por el cigarrillo.
Fabián García / [email protected]
Enviado especial a Ciudad de México
En Twitter: @basquetplus